La galería bilbaína Aldama Fabre Gallery y el Museo La Neomudéjar de Madrid, que este año celebra su 10º aniversario, han anunciado una nueva colaboración con tal de impulsar nuevas propuestas creativas orientadas a la investigación y los nuevos lenguajes. Ambos centros fomentarán la movilidad de artistas entre ambas ciudades a través de residencias y exposiciones. Marta Azparren (Santa Cruz de Tenerife, 1968) protagonizará este mismo mes la primera muestra, Diario de fábrica, organizada gracias a esta colaboración establecida entre Eugenia Griffero Fabre, fundadora de Aldama Fabre, y Néstor Prieto y Francisco Brives, codirectores del Museo La Neomudéjar.
Se trata de un proyecto audiovisual, desarrollado gracias a una beca otorgada por el Museo La Neomudéjar, que aúna vídeo, performance, arte sonoro y material de archivo. Azparren investiga la huella del trabajo industrial en la actividad artística a partir del cruce de la mirada de Roberto Rossellini en la película Europa’ 51 con el pensamiento de Simone Weil en su descripción del trabajo fordista -ella consideraba que existían tres condiciones que hacían imposible el pensamiento en una fábrica: el ruido, la velocidad y la repetición-.
Estas premisas entran en diálogo con el pensamiento contemporáneo sobre la «precarización de la cultura.» En suma, «conecta el relato de la cadena de montaje fordista en los cuerpos periféricos y los espacios industriales, con el modo en que la industria cultural ha ocupado posteriormente esos espacios fabriles y los y las artistas han asumido la condición precaria y algunos de sus bucles.» La presentación tendrá lugar el próximo 28 de abril en Aldama Fabre Gallery.
A su vez, la «itinerancia abierta» establecida por Aldama Fabre Gallery y el Museo La Neomudéjar da otro paso más con la exposición Fanthum, la antropología crónica de Jesús Jáuregui (Bilbao, 1957), que permanecerá abierta hasta el próximo 21 de mayo en el museo madrileño. El artista vasco profundiza en la condición humana a través de su serie de óleos de gran formato titulados Fanthumus, en los que se funden el humus y el fantasma de los que, desde la perspectiva de Jáuregui, todas las personas están hechas.
«Esta alianza entre instituciones independientes son las que abren caminos y oportunidades de largo calado. La realidad es que por mucha labor y fondos que se destinan desde el ámbito institucional, la agilidad, la gestión y la dinamización de la base en el arte, proviene de las iniciativas privadas,» sostiene Néstor Prieto. «La versatilidad, inmediatez y eficiencia de recursos operan en otras lógicas, más allá de un presupuesto dado. El arte como eje dinamizador y político se atraviesa con los afectos y esta es la manera de hacer y de cambiarlo todo,» añade a este respecto Francisco Brives.
Junto con un programa de residencias en Aldama Fabre, esta alianza generará otros hitos expositivos que dinamicen la oferta cultural de la Villa, como por ejemplo la muestra Más allá de la frivolidad, que permitirá durante el mes de mayo a quienes acudan a la galería bilbaína revisitar los años 80 a través de la colección del Museo La Neomudéjar con obras Manuel Bouzo, Rafael Peñalver, Carmen Isasi, Antonio Alvarado, Paco Leal, Paz Muro, Eduardo Arenillas, Xavier Egaña.
Asimismo, Aldama Fabre acogerá en junio Global 500 del escultor tirolés Lois Fasching, organizada con el apoyo del Foro Cultural de Austria. «Quiero traer a la galería propuestas que me conmuevan, que generen un shock, que aporten miradas, visiones y nuevas lógicas al tejido local,» enfatiza Griffero.
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