Su postura feminista, su acercamiento al objeto como elemento de performance y la diversidad material de su obra forman las piedras angulares de una práctica que comenzó durante su etapa como estudiante en el Art Institute of Chicago, de 1965 a 1968. Después de tal En un período poderoso y enriquecedor, Ida Applebroog se mudó a San Diego, California, con su esposo y cuatro hijos, años duros que para ella se convirtieron en una profunda depresión y, en última instancia, un ataque de nervios que la haría ingresar en el Mercy Hospital San Diego en 1969. Sin embargo, tres largos y oscuros meses de convalecencia también serían un período de introspección que la ayudó a moldear su verdadera identidad y, en esencia, a afirmar su vocación como artista. Ida dejó caer su apellido de casada (Horowitz) y apellido de soltera (Applebaum), concibiendo un nuevo apellido, Applebroog, como parte de su proceso para resignificarse.