Dilalica (Barcelona) acoge ‘Te enseñaré todo lo que he visto’

Hasta el 2 de septiembre de 2023 se puede ver la exposición Te enseñaré todo lo que he visto en la galería de arte contemporáneo barcelonés, Dilalica. Se trata de una exposición colectiva en la que participan las artistas Alba García i Allué (Barcelona, 1997) y Ana Gallardo (Rosario, Argentina, 1958).

A nivel de relato, la muestra dual pone en relación a dos artistas aparentemente lejanas en tiempos y espacios, que se autorepresentan a sí mismas y se piensan como artistas, pero también como materias vivas que maduran, envejecen, se pudren o se secan. Las obras comparten desde diversas perspectivas la conciencia del rol social y de las condiciones laborales, económicas y materiales del ser artista; incorporan a modo de encuentros los vínculos que generan con otras personas de quienes aprenden, y rompen la cuarta pared haciendo al público partícipe de sus piezas.

Alba García i Allué utiliza distintas herramientas centennials, como son las redes sociales o las canciones con autotune, para reflexionar respecto al rol socio-laboral de la artista contemporánea y plantear así, ¿cómo se imagina su futuro una artista joven en esta era de crisis ecosocial en la que pareciera que no hay mañana?

My body is mere matter recibe al público con una canción pop que se pregunta qué será de sí misma como pieza si no cumple las expectativas del espectador al entrar en una sala de arte. Las botellas de materia orgánica en fermentación rodeadas por los cables de los altavoces, anticipan la putrefacción que el paso del tiempo generará tanto en las materias artísticas como en sus propias creadoras.

En el interior de la sala, en una pantalla colgante se encuentra la pieza Te enseñaré todo lo que he visto, obra que da título a la exposición. Se trata de un vídeo estilo tiktok en el que la artista expresa sus dudas respecto a los posibles caminos a seguir tras haber hecho un viaje de autoconocimiento a los orígenes de la civilización occidental. En sus razonamientos recurre a todo tipo de señales para orientar sus futuros pasos ante la misión celestial de ser artista. En el suelo, como parte de esta misma pieza, una escultura compuesta por una montaña de barro crudo que se secará a lo largo de la exposición, remite al paisaje al que la artista evoca en el vídeo. Por otra parte, I just want to sit here and take in the view presenta dos videos en formato scroll de la cuenta de Instagram (@broken.artist_64), en la que la usuaria, interpretada por Garcia i Allué, revisa y comenta publicaciones de convocatorias artísticas, asesorías de proyectos, los logros de otras artistas y se detiene ante los bailes de otra cuenta, en este caso la de @successful.artistt, también interpretada por la artista, realizados para satisfacer a su público y vender.

Esta conciencia respecto al rol de la artista en la propia práctica como metalenguaje fue el eje fundamental para la invitación al diálogo con Ana Gallardo. La obra, titulada Mariani Bauman: Acción para pintar un mural de barro con los ojos cerrados, forma parte de Escuela de envejecer, una serie de encuentros con mujeres mayores para conversar sobre deseos pasados y futuros. La obra está compuesta por un vídeo que documenta la colaboración entre Bauman y Gallardo, unas instrucciones y una invitación al público para pintar con barro un mural con los ojos cerrados. La audiencia debe leer las instrucciones antes de empezar su intervención, sentir el material, cerrar los ojos e imaginar un paisaje para luego pintarlo.

La artista argentina se encuentra en el extremo opuesto de su carrera: en 2022 recibió el Premio Nacional a la Trayectoria Artística del Ministerio de Cultura de Argentina. A lo largo de su carrera, Gallardo ha incorporado en su práctica una íntima inquietud vinculada a lo que ella define como la violencia del hecho de envejecer, desde una perspectiva feminista y antiproductivista. Gallardo inició una colaboración con Mariani Bauman, quien comenzó a trabajar la cerámica tras jubilarse, a la vez que progresivamente iba perdiendo la visión.

Así, ambas artistas traen a la sala de arte paisajes ancestrales creados por manos humanas, usan el tacto para invocar recuerdos, y conciben el arte como una zona de materias adaptables para la representación y el encuentro con les otres ante el irreparable devenir que el tiempo generará sobre ellas.