Con Triptych of the Inverse Europe, el autor nos traslada de modo audiovisual la cuestión de la representatividad en las llamadas democracias liberales de la Unión Europea, algo que le sirve como punto de arranque para alcanzar —más allá de las instituciones europeas y de las actuales circunstancias bélicas— otras problemáticas más generales como la identidad, la multiplicidad, la diferencia, la integración, la dificultad de conjunción de las diversidades, etc. La función del artista suele ser la de hacer preguntas; aquí Ivars parece apuntar al centro de la diana o poner el dedo en la llaga cuando se abren numerosas incertidumbres ante nuestros ojos y hemos de repensar nuestras verdaderas necesidades individuales y colectivas en un ámbito en el que ningún grupo humano, ni ningún ser vivo, está aislado del devenir del resto del planeta.