Arniches 26 está en constante expansión, buscando nuevos formatos expositivos y colaboraciones particulares con una variedad generosa de profesionales del sector del arte contemporáneo. Con una red extensa de contactos, a menudo los proyectos de Arniches se manifiestan en intervenciones deslocalizadas a pesar de contar con su propio espacio expositivo en el Centro de Madrid. Así, desarrollan una programación dual que vigoriza su actividad como galería.
Arniches se inauguró en febrero de 2021. Los fundadores, Marcos Rioja y Ricardo Pernas, tienen la intención de celebrar su entorno más inmediato y engendrar el coleccionismo asequible. Representan artistas jóvenes que crean obras fáciles de coleccionar gracias a su tamaño, medio y precio. Así, fomentan nuevos modelos de compra e inspiran a más gente a que coleccione con más regularidad.
Operan bajo la noción de que el coleccionismo puede ser para un abanico extenso de personas. Gracias a este posicionamiento y estrategia, han vendido obra en cada una de las 20 exposiciones que han realizado en el último año. En las palabras de Rioja, «el público se lanza cada vez más», sobre todo coleccionistas emergentes que tienen ganas de hacer crecer su colección incipiente.
La galería solo hace exposiciones de corta duración (un par de semanas hasta un mes). Así, dinamizan la variedad de artistas con los cuales colaboran y, por consiguiente, aumentan la posibilidad y frecuencia de compra. Dan visibilidad a toda una serie de agentes jóvenes basados en España, abriendo, pues, una plataforma fecunda en la cual nuevos compradores y artistas menos conocidos y emergentes pueden confluir e interactuar.
Arniches ha desarrollado varias muestras en «casas de amigos» para llegar a nuevos públicos y para sacudir las maneras en que una galería expone y pone en contacto artistas con entornos distintos. Por este motivo, se convierte en un proyecto con una faceta curatorial.
El 20 de enero de 2022 inauguraron una exposición con nuevas producciones de Ivan Forcadell (Alcanar, 1993) en el llamado «studiolo» de Candela Álvarez Soldevilla, una administradora de empresas con una pasión ardiente por el coleccionismo; una pasión cultivada de muy joven. El «studiolo» normalmente alberga la colección de más de 100 obras de formato reducido que pertenecen a Soldevilla.
De hecho, el Museo Lázaro Galdiano de Madrid acoge una muestra con algunas obras de la misma colección prolífica que aún está en marcha hasta el día 30 de este mes. Fue durante la inauguración de la misma que los mundos de Forcadell y Soldevilla empezaron a fusionarse. En concordancia con la misión de Arniches, la coleccionista es conocida por seleccionar piezas menos conocidas y de tamaño accesible de grandes autores de la historia del arte junto a creadores contemporáneos.
En esta ocasión hasta el 31 de enero, su sala peculiar alberga Apuntes, bocetos y retratitos con 50 obras (49 pequeñas y 1 grande) de Forcadell inspiradas en la colección audaz. La mayor parte de la exposición fue producida entre diciembre de 2021 y enero de este año. Rinde homenaje tanto al «studiolo» de Soldevilla como al concepto del gabinete de curiosidades en general, como un lugar en que el público puede venir en contacto con maravillas exóticas, apreciarlas, e incluso adquirirlas.
Un gran banquete explosivo de piezas minuciosamente elaboradas con presencias sutiles llena el centro de la sala. Los retratos idiosincráticos del joven autor, montados sobre un fondo negro, dialogan lejanamente con los que conforman la colección. Bodegones con cítricos y barras de pan hacen erupciones abundantes en el medio de la sala. Platos de mercadillos también pintados con retratos pequeños ayudan a generar este vanitas sublime.
Unas cuantas obras de la muestra ya han sido vendidas, 2 compradas por la propia dueña que comparte con los galeristas y Forcadell la obsesión por los formatos reducidos. Dada la ubicación de la muestra, no está abierta al público, ya que tiene lugar en la residencia privada de Soldevilla. Aún así, los interesados pueden contactar con la galería para concertar una visita.
Arniches quiere seguir creando estas experiencias más auténticas y no ortodoxas para inspirar el coleccionismo joven, asegurando un futuro fértil de nuevas generaciones coleccionistas. Según Rioja, gracias a estos formatos experimentales, salen ofertas por parte de visitantes a sus muestras que quieren acoger eventos similares en sus casas respectivas. Es un modelo emocionante para el país y señala a una nueva genealogía que se está gestando ante nuestros ojos.
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