«Up your ass«: Andy Warhol y Valerie Solanas

El 3 de junio de 1968, dos días antes del asesinato de Bob Kennedy en Los Ángeles, se escucharon cuatro disparos en el vestíbulo del estudio de Andy Warhol en la Factory de Nueva York. Valerie Solanas, estadounidense de veintiocho años, escritora, actriz y feminista radical, había apuntado al artista con una pistola calibre 22 porque –según explica ella– no se había a atrevido a responder a su provocación «Up your ass» (literalmente: «En tu culo”). Un guión bien orquestado para escenificar un drama de fuerte componente pornográfica; tanto que Warhol mismo llegó a sospechar que fuera un estratagema inventado por la policía para incriminarlo. 

Como sabemos, Andy Warhol recibió tres golpes en el abdomen y en el pecho, y con él también su compañero Mario Amaya (quien, sin embargo, sufrió heridas leves). Este episodio dramático, en el que el artista estadounidense se encontró entre la vida y la muerte, puede considerarse un hito en su camino cultural y humano, hasta el punto que se puede identificar un ‘antes’ y un ‘después’ de Valerie. Y el ‘antes’, para Warhol, no fue unicamente caracterizado por los éxitos de Brillo Box (1964) o de películas como Empire, Restaurant (1965) y The Closet (1966); sino también por una extraordinaria experiencia artística, en parte completamente olvidada por los críticos de arte contemporáneos: esa dimensión experimental en la que Warhol trabajó para implementar un ‘espectáculo’ excepcional basado en el entrelazamiento de varios lenguajes.

Exploding Plastic Inevitable en un libro de Luca Palermo

A pesar del largo silencio en la prensa, después de tantos años Luca Palermo –brillante profesor del Departamento de Artes y Patrimonio Cultural de la Universidad «L. Vanvitelli” en la Campania–, habla de la historia detrás de Exploding Plastic Inevitable de Andy Warhol, gracias a un libro publicado por Postmedia Books.

Tras una clara introducción a cargo de Marco Senaldi, el autor presenta al lector un acertado análisis de esta peculiar experiencia warholiana, cuyo título –luego declinado en las siglas EPI– es todo un programa. El proyecto fue fuertemente impulsado por Andy Warhol, quien se unió a personajes carismáticos como Lou Reed, The Velvet Underground y John Cale; así como otras personalidades del calibre de Edie Sedgwick, o la hermosa cantante Christa Päffgen (también conocida como Nico), la increíble bailarina y asistente del artista, Gerard Malanga, y Billy Linich, Mary Piffath, Donald Lyons, Barbara Rubin, Maureen Tucher, Sterling Morrison.

Un revoltijo de experimentos y emociones

En su momento, EPI fue un revoltijo de experimentos y emociones; una historia breve, intensa y candente, que anticipó la gestación de los espectáculos de “Up-Tight”, que comenzaron el 15 de diciembre de 1965 en el Café Bizzarre de West 3RD Street de Nueva York y que se repitieron, posteriormente, en enero de 1966 en el ámbito de una cena organizada por la Sociedad de Psiquiatría Clínica en el Hotel Delmonico. Las reacciones fueron mixtas. Warhol pretendía romper con el concepto de normalidad, confundiendo y desconcertando al público. Un break-in increíble, el de “Up-Tight”, que dio como resultado la exuberancia incontenible de EPI, en ese caleidoscopio de sonidos y colores, superposición de películas, de luces y efectos estroboscópicos, de látigos, pieles y tiras de cinta fosforescente maniobradas con gran maestría por Gerard Malanga. Una atmósfera que algunos testigos han intentado evocar múltiples veces.

John Wilcock, editor para The New York Village Voice, se expresó así al respecto: «Mientras un proyector en el piso reproducía Couch de Warhol (1964), se encendieron otros dos proyectores colocados en el balcón, proyectando dos películas diferentes en las estrechas tiras de pared al lado del escenario. Un foco de color apuntaba a una bola espejada que giraba colgando del techo y disparando rayos de luz hacia áreas específicas de la habitación. Un globo de plástico brillaba con ciclos de color pastel cambiantes […]. Proyecciones de colores sobresalían de las esquinas, acariciando a los bailarines con rayos de verde, naranja, violeta. De pronto, tres altavoces empezaban a emitir una cacofonía de diferentes sonidos: eran tres discos reproducidos simultáneamente […]. La película Vinyl de 1965 era oscurecida por diapositivas de colores brillantes […]. Cortes de rojo y azul, cuadrados de blanco y negro, filas de puntos danzantes cubrían las paredes, el techo, los bailarines.”

Entrada de The Dom en Nueva York. Foto de Fred W. McDarrah/Getty Images.

Más allá del espacio tiempo

De esta extraordinaria experiencia no solo quedan las pocas palabras de críticos y periodistas, sino también, algunos videos; en primer lugar, el vídeo de Ronald Nameth, filmado en junio de 1966 con motivo de la presentación en Poor Richard’s en Chicago (facilmente rescatable en Internet).

Así Exploding Plastic Inevitable, concebido como una expansión del espacio-tiempo a través de la artificialidad del espectáculo (plástico). Un espectáculo que, en cierto sentido, apropió el supuesto wagneriano del gesamtkustenwerk, es decir, ese trabajo total entendido como fusión de todas las artes. No es casualidad que el propio Matthew Wilson Smith (profesor de estudios teatrales y performance en la Universidad de Stanford) hable de ello en su libro The Total Work Of Art: From Bayreuth to Cyberspace publicado en 2007. En definitiva, una obra total que se abrió a la dimensión social fuera de cualquier canon preestablecido. Al fin y al cabo, ¿no es cierto que Guy Debord, en esos mismos años, afirmó que “el espectáculo no es un conjunto de imágenes, sino una relación social entre individuos, mediada por imágenes”?

Así, esta análisis de Luca Palermo –como acertadamente destaca Marco Senaldi en su introducción– «abre a una serie de consideraciones sobre el estatus, uso y función de las imágenes en las acciones artísticas, desde las vanguardias hasta la actualidad, que nos llevan a preguntarnos si una gran parte de las categorías con las que las enfrentamos no son definitivamente obsoletas”.

Andy Warhol y The Velvet Underground en el Trip de Los Ángeles, Mayo de 1966. Foto de ©Billy Name
Ernesto Jannini

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