La Fundació Per Amor a l’Art, vicepresidida y co-fundada en 2014 por la Doctora Susana Lloret, se ha convertido en una de las colecciones mas importantes de España. Altamente contrapuntística, combinando el arte con el compromiso y el estudio de las enfermedades raras, lleva casi 20 años de actividad con un equipo compuesto por Susana, José Luís Soler –su marido– y Vicent Todolí, comisario y asesor de la colección.
Desde 2017, la colección se puede visitar en el centro de arte Bombas Gens, ubicado en una antigua fábrica de València construida en 1930. De esta manera, La Fundació ha dotado al antiguo edificio con nueva vida, resucitando un auténtico emblema del barrio de Marxalenes.
Actualmente, la directora artística del centro es Sandra Guimarães. La comisaria ha llevado a cabo su carrera profesional entre Portugal –su país natal– y Canadá, donde ha sido directora fundadora de programas y curadora jefa de Remai Modern (Saskatoon).
El viernes 28 de enero, la jefa redactora de exibart.es, Gabriel Virgilio Luciani, se ha sentado con las dos para hablar sobre el pasado, el presente y el futuro de la Fundació y del Centre d’Art Bombas Gens. Esta larga conversación ilustra el impacto transversal que ambas iniciativas han tenido no solamente en el tejido artístico de la ciudad, sino también en la sociedad valenciana en general.
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Susana: Soy psicóloga porque soy curiosa. Te diré que en la parte social, por esta formación mía, me hace sensible a ciertos temas. Me estoy refiriendo a los talleres que hemos hecho en el centro para la prevención del suicido, por ejemplo. Evidentemente cuando estudias psicología es porque estás sensibilizado, tienes una vocación de servicio en primer lugar, tienes una pasión por la condición humana, con la naturaleza humana, desde un punto de vista positivo, es decir, entender cómo potenciar las habilidades, cómo conseguir tener una vida más sana, y desde el negativo también. El tema del suicidio y su prevención requiere esta sensibilidad y el saber que estas cosas hay que abordarlas. Por miedo a no saber afrontarlo, muchas veces, te caes en el silencio, y solo hace empeorar el problema. Por eso hemos acogido muchos talleres.
Y una primicia que te voy a dar: vamos a hacer, a partir de marzo, un programa de radio en directo desde la Fundació una vez al mes. Contará con un público, porque creo que una de las herramientas más útiles es ser participativos, es decir, sentarnos y buscar soluciones. Va a haber una cápsula en que vienen especialistas en terapia cognitiva conductual. De todas las terapias psicológicas, es esta la que tiene más base científica y más éxito de documentación. En mi caso, empecé a trabajar con la misma haciendo investigaciones sobre la enfermedad de Wilson, en un taller en que participé para afrontar este tema. Parece que es complicado pero existe bastante gente que te ayuda a afrontar cosas que no se pueden cambiar.
Volviendo al programa de radio, estos especialistas van a venir a todos los programas para desarrollar un ciclo de diez cápsulas para poner encima de la mesa que la salud mental y emocional es tan importante que la física, y no le dedicamos los recursos ni el tiempo que requieren. Es algo que hay que hacer, hay que normalizarlo.
Susana: Te voy a decir una cosa: “ideaste” no (sonríe). Somos un equipo. La cara que sale es la mía y la voz que sale es la mía, pero somos un equipo. Es verdad que llevaba tiempo pensando en grafitis ya que es una manera muy fácil de acercar a los jóvenes al arte. Y ya teníamos ideado coger el muro de fuera y dedicarle una obra. Pero participaban más personas, claro.
Susana: A mi es que lo de filántropa…(se ríe)
Gabriel: Claro, el tema de la especificidad de los términos es importante.
Susana: Sí, ya lo sé (sonríe). Tengo un poco de resistencia. Mira, si me pongo en pensarlo, te diría que no me gusta tanto esa palabra porque te coloca por encima de un promedio, y en cambio, ser una persona comprometida, pues, cualquiera puede hacer. Porque tu compromiso se puede mostrar de mil maneras.
Mi trabajo lo hago con el impulso de compartir, compartir muchas cosas, y la más importante de todas las cosas es el tiempo. Es algo que todos tenemos. El compromiso que tú puedes manifestar con tu cercanía se puede hacer a través de recursos económicos pero se puede hacer también con tu tiempo y conocimiento. Entonces me gusta mucho más «comprometida». Me siento más identificada.
Gabriel: Claro tenemos que ser muy cuidadosas con la terminología y las etiquetas que usamos, y me gusta “comprometida” porque no te realza tanto, no tiene el mismo peso que “filántropa”.
Susana: No todo el mundo puede ser filántropo pero sí todo el mundo puede ser comprometido. Y prefiero ser una comprometida.
Sandra: Sí, la verdad es que sí. Me ha gustado mucho la palabra que ha utilizado Susana, empleando el concepto de ser una comprometida. Creo que tengo un gran compromiso hacia la institución. Desde el inicio, me sentí muy identificada con la ambición de esta fundación y con lo que ha aportado no solo al arte sino también al área social y la investigación de las enfermedades raras.
Pienso que, en el último año, hemos hecho más que un trabajo de investigación de la colección. Como por ejemplo la colaboración con Thomas Hirschhorn. Aquí hicimos un critical workshop, un trabajo de campo que realizamos con él. Estuvo aquí cuatro veces, y en una instancia se quedó un mes haciendo una residencia. En esa ocasión, fomentamos un encuentro de más de 50 instituciones y asociaciones en la ciudad de València.
La intención es continuar la colaboración y las conexiones con las instituciones. Lo que queremos es crear un museo inclusivo, abierto a todos, que sea como un refugio. Es interesante cómo estas iniciativas que hemos hecho con la radio, la televisión o la Cruz Roja nos ayudan a desarrollar más relaciones para enfrentar las problemáticas de esta ciudad que, al final, son universales.
Susana: Fue un proyecto muy participativo. Hemos establecido una colaboración estrecha y estable con la Escola de Benicalap gracias a ello.
Sandra: Sí, fue cuando celebramos el 4o aniversario del centro, en junio, con Hirschhorn a través de una fiesta en la que tuvimos más de mil participantes. La gente vino a escuchar música, se enfrentó a las exposiciones de arte y con las reflexiones que nos propusieron los artistas. Una fiesta muy sencilla en la cual propusimos un encuentro con música, arte y el barrio. Fue un momento muy importante para hacerlo, nos echamos mucho de menos.
Uno de los ejes de un programa que queremos seguir desarrollando es la Web Collection, que sale en nuestro sitio web. Se trata de invitar a un artista a desarrollar una obra que se puede apreciar en esta galería digital. Hicimos la primera con Ryan Gander, un artista conceptual, británico, que aborda cuestiones sobre la ironía, la absurdidad y el pensamiento, y lo concibió para que todos pudieran tener una obra de arte suya si descargaban los archivos, las obras, de la página web. Es completamente innovador, y una buena manera de enseñar a todos qué es lo que hacemos pero online.
Susana: Es importante explicar eso, es una aportación suya muy interesante.
Sandra: Es un momento en que se hace mucho online, estamos todos más distanciados. Se trata de una manera simple de entrar en contacto con el arte y con los demás. Nuestra intención siempre es la experiencia directa con el arte. A la vez no queríamos simplemente colgar un video de una exposición que hemos hecho sino de invitar a un artista a crear una obra que se puede experimentar online. Es una manera de trabajar con artistas nacionales y también internacionales. En este caso empezamos con Ryan Gander que tenía unas ideas que nunca había podido realizar hasta nuestra colaboración.
Susana: Para mí la primera línea de inclusión es la gente corriente. Esa creencia de que el arte es solamente para entendidos -sobre todo el arte contemporáneo- no es verdad. No es la filosofía de la Fundació. Por eso la entrada es libre. Había personas que decían que eso era un error porque si no hay un coste no se valora de la misma manera. Pero si no haces un trabajo de adaptación al público general, no estás en el circuito.
Hemos tenido que hacer un trabajo importante. Igualmente, nuestra filosofía innecesariamente tiene que ser la de no poner barreras. El disfrutar del arte depende de la sensibilidad de la persona, lo único que tienes que hacer es ponerte delante de una obra determinada y sentir. Unas te dejarán indiferente. Dejarte indiferente o no, no define a nadie.
En esto los niños son fantásticos porque como no tienen prejuicios, ellos te dicen lo que sienten sin ningún pudor y disfrutan como enanos, ¡desde luego! (se ríe), cuando vienen y se encuentran con todo un universo nuevo que pueden descubrir. Es muy importante. Hay que disfrutar y no todo el arte te hace disfrutar pero es como la vida: a veces es drama, a veces es comedia. Es todo.
Cuando hacemos visitas guiadas, es otro nivel de conocimiento. Te ayudan a ser más tolerante, a respetar más, de mirar las cosas y de llegar a otras épocas y culturas. Y a veces te hace falta ver todo eso para darte cuenta de que no eres el único en el mundo.
Luego, otros colectivos, por ejemplo, las personas con daño cerebral disfrutan mucho de lo que hacemos. Los chicos en riesgo de exclusión social, personas con discapacidades intelectuales, buscamos establecer sinergias entre el arte y ellos porque es la misión de la Fundació. Es relativamente fácil en realidad.
Sandra: Pienso también que el arte es algo universal, puede tocar a todos. Como Susana decía, siempre intentamos establecer puentes. Además el arte para mí también es inclusivo. Hemos invitado a niños de escuelas que existen en barrios con refugiados, es decir con personas que tienen otras preocupaciones en la vida que no sean el arte. Lo que queremos es ampliar esas invitaciones a personas que tienen otras preocupaciones. El arte puede ser una herramienta para enfrentar a dificultades en el mundo pero también para proponer soluciones. Lo ideal es que se sientan bienvenidos y protegidos aquí.
Susana: En mi periodo como investigadora, uno de los últimos trabajos que hice fue trabajar sobre una escala que medía estrés. Hay un nivel de estrés que te impulsa a actuar y uno que te bloquea. Trabajé sobre 17-18 diferentes estresores, como el de tener que despedir a alguien, de encontrarte sobrepasado por la cantidad de trabajo que tienes, puede que en la casa no te valoren por el trabajo que tu haces, etcétera. Cuando los analizamos, los pusimos en un rango para evaluar cuál era lo más duro de todos; cuál ejerció el mayor impacto. Resultó que fue el de sentirse ignorado por tus compañeros en el trabajo. Ese fue. Me sorprendió de primeras. Uno de los castigos más gordos que hay es el destierro. Necesitamos sentirnos incluidos, parte de algo.
Sandra: Claro, el arte es un espejo y proporciona encuentros y conversaciones, y el sentirse incluido y valorado por lo que piensas. Todos tenemos una opinión.
Susana: En un momento dado, a un grupo de niños se le hizo una visita guiada a una exposición nuestra. Les pidieron al final que ellos dibujaran algo a partir de lo que habían visto. Fue muy llamativo que varios repitieron una misma obra; una de Victoria Civera. Esa obra era la viva imagen de la soledad. Un paisaje muy abstracto, con una única figura humana; pequeña. A mí me llamó mucho la atención cómo estos chicos y chicas habían captado ese mensaje y lo habían hecho suyo porque debían de sentir algo parecido. No olvidemos que el arte es una manera de comunicar.
Gabriel: Y también de inspirar un proceso de empatía enorme. Es increíble cómo los niños capten esa transmisión visual tan rápido.
Susana: No lo pueden verbalizar pero va directo al corazón. El impacto no será siempre lo mismo. Varía según la persona, pero afecta.
Susana: Aquí se contrató a la mejor persona para cada uno de los puestos que ofertamos y coincidió que todas esas personas eran mujeres. No hemos pretendido que la plantilla sea un ejemplo para mostrar apoyo a la causa. Lo que fue importante fue el compromiso con la colección y el trabajo que inició Nuria Enguita que nosotras hemos continuado después.
En cuanto a la colección, desgraciadamente, si tu no haces un trabajo de investigación más profundo, no encuentras tantas mujeres; los ejemplos no son tan evidentes, tienes que buscarlos. Pero existe ese compromiso porque nos dimos cuenta cuando llevamos seis o siete años coleccionando, de que teníamos poquísimas mujeres. Eso requiere un trabajo de consciencia, incorporación y de inclusión.
Sandra: Sobre todo investigación en la historia del arte porque diría que tenemos muchísimas más artistas mujeres que necesitamos exponer y difundir. Es verdad que en el siglo XX siempre había mujeres como Anna-Eva Bergman u otras que estaban casadas con artistas hombres. Camille Claudel, que fue una apasionada de Rodin, era otra. Hay varios casos en la historia en que la mujer estaba en la sombra. Por eso requiere investigar para traerlas a la luz.
Susana: El caso de Anna-Eva Bergman es muy paradigmático. Ella estaba casada con un artista muy potente, Hans Hartung, y estaba siempre detrás de él. Devaluada.
Sandra: Actualmente, tenemos aquí el ejemplo de Irma Blank, una mujer que ha trabajado durante toda su vida, con 50 años de trayectoria y solo ha tenido un impacto ahora. Por primera vez ha podido presentar las obras realizadas en estos 50 años. Eso pasa mucho. La suerte que tenemos es que hay muy buenas artistas mujeres que están en la colección ya y podemos trabajar contextualizando su trabajo y dedicándoles exposiciones. Por eso me alegra mucho que la nueva generación tenga ya más referentes que nosotras.
Gabriel: Me interesa esto porque es indicativo de la nueva tendencia feminista, es decir, la de no dar una énfasis consciente al feminismo mediante la selección a posta de personal o mediante exposiciones sino de dejar que sea mucho más interiorizado y naturalizado.
Susana: La psicología social me interesa mucho. Estudias cómo se producen los movimientos y los avances que reconfiguran la sociedad. Hay minorías, entre comillas, y mayorías. Una minoría tiene que ser muy radical, disruptiva y sostenida durante mucho tiempo. Hay muchos cambios que vienen precedidos por estas turbulencias. De manera natural los grupos sociales van ganando igualdad.
Susana: Por un lado, queremos seguir impulsando la importancia de la colección a través de exposiciones. Y, por lo tanto, sensibilizar a la gente; dejarles claro que solo hace falta tener la sensibilidad para disfrutar del arte. No hace falta que sepas nada.
Por otro lado, es centrarnos en nuestra cercanía, dedicar los recursos que tenemos y generar más para trabajar con personas con enfermedades raras, sensibilizar al público, la sociedad y sobre todo a los médicos para que reconozcan estas enfermedades. Tenemos el mismo impulso en cada área pero se materializa de manera diferente.
Sandra: Uno de los objetivos que tenemos obviamente es investigar y compartir la colección con los demás y con otros lugares. Por ejemplo en este momento estamos en Madrid, en el Real Jardín Botánico con una exposición. Estaremos también en PHotoEspaña y desarrollaremos más contactos e ideas en cuanto a cómo vamos a seguir difundiendo la colección, buscando nuevas maneras de compartirla, e invitar a más gente a venir y conocernos.
Me alegro de tener en nuestro programa dos eventos claves, uno de los cuales será la exposición de Shigeru Onishi, La posibilidad de la existencia, que abre esta primavera. Tenemos nueve fotografías en la colección que vamos a promocionar en València junto a otras obras. Será la exposición más importante en Europa que se ha hecho sobre su trabajo. Hicimos una colaboración con el Foam Fotografiemuseum Amsterdam pero la nuestra será aún más singular porque vamos a presentar una serie de pinturas y dibujos que vendrán en contacto con su obra fotográfica, que es un poco más conocida.
Además, en el verano vamos a invitar a un dúo de artistas diseñadores que se llama El Último Grito. Son españoles pero llevan un tiempo en Londres. Van a realizar una obra inspirada por nuestra colección.
Luego, vamos a lanzar un libro de artistas; una propuesta que trabajamos con Hirschhorn. El suyo fue el primero y ya veremos después cómo lo adaptamos. Queremos seguir haciéndolo ya que es una manera de dar voz a un artista. Vamos a publicar por primera vez textos que nunca han sido publicados escritos por el propio artista en su idioma original y acompañados por bocetos de proyectos. Es una manera de entrar en el cerebro del artista.
Finalmente, estamos realizando una nueva colaboración para la Web Collection así que se trata de seguir trabajando localmente con la colección, y estableciendo puentes con artistas internacionales. El arte para nosotros es universal, y atemporal.
Susana: La colección se fundó con el asesoramiento de Vicent Todolí en un período de 12 años con la idea de que iba a trascender lo que estaban haciendo los otros coleccionistas; una colección que tiene una entidad que está formada por artistas muy singulares, con una énfasis en la fotografía. Tenemos una representación de lo que son estos artistas, no a través de la colección de un par de obras sino de muchas más. Por eso a menudo pasa que de un artista tenemos 100 y de otra 50. Hemos tenido la suerte -contactando con la Estate, a la herencia, a veces con galerías- de hacernos con la serie completa. Eso también hace que la colección tenga una singularidad.
Susana: (Sonríe) Es que esto no fue una idea. Esto es una manera de ver la vida. Primero, es un proyecto familiar, porque lo hemos puesto en marcha mi marido y yo. Y antes de poner en marcha esto, ya habíamos empezado a tener colaboraciones con un centro de acogida de personas sin hogar. Fuimos a conocerlo y fue allí la primera vez que nos dimos cuenta de la ayuda que podríamos dar. Y allí se quedaba, allí florecía, y eso da una satisfacción tan grande, ver el impacto que tiene.
Lo del arte es mi marido 100%; fue él. ¡A mí me gustaba la música! (se ríe) Somos tres: José Luís, yo y Vicent. Para que entrase algo en la colección, dos de nosotros teníamos que estar de acuerdo y uno de ellos tenía que ser siempre Vicent, sí o sí, ya que él es el motor. La colección está completa, y dado que ya no podemos viajar, pues, hasta aquí hemos llegado. Además, es muy grande y podemos estar muy orgullosos de ponerla en valor.
La parte de las enfermedades vino porque en la familia había un caso y teníamos que hacer algo. Nos encanta…poder hacer algo. Y la Fundació surgió de una necesidad de darle un sentido, poder gestionar mejor y darle unidad a nuestras acciones. Se ha convertido en el proyecto vital.
Sandra: Todo lo que hacemos aquí tiene el poder de transformar. Queremos generar experiencias y fomentar la capacidad de avance y cambio.
Susana: Es que nuestra sociedad está muy centrada en todo lo que es racional, normal, verbal y concreto. Pero la parte espiritual -llámalo como tú quieras- el arte va allí directamente. Esto es una cosa que he aprendido de Vicent: ¿cómo sabes si una obra de arte es una obra de arte o no? Me dijo, “mira: tiene que tener misterio”. Si lo puedes explicar con palabras, no lo es. El arte trasciende las palabras. No va a la parte racional, la parte que tenemos sobrevalorada. Nosotros somos más emoción que razón por mucho que no queramos. Fue una revelación darme cuenta de esto.
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