Sí, el black film importa. Desde el largometraje más antiguo que se conserva dirigido por un cineasta negro, Within Our Gates (1920) de Oscar Micheaux, hasta las frenéticas propuestas contemporáneas de Arthur Jafa en la era de Trump, este ciclo plantea un recorrido por el black film independiente estadounidense y lo hace en una retrospectiva de carácter antológico organizada por el Museo Reina Sofía y la Filmoteca Española que, por primera vez, reúne un siglo de películas dirigidas únicamente por cineastas afroamericanos. Con esta condición imprescindible, el ciclo busca evitar los estereotipos raciales en la representación que caracterizaron, en el pasado, el trabajo de legendarios actores y actrices negros. Una treintena de sesiones —durante dos meses de programación— reclaman y cuentan otra gran historia de este medio en Estados Unidos, la cual sitúa en el centro la mirada subalterna y resistente de la minoría negra. Una historia que obedece a uno de los más urgentes y necesarios deseos a lo largo de todo un siglo: el de la lucha por la vida. Como bien nos recuerdan el cineasta Arthur Jafa y el filósofo Fred Moten, es posible hacer cine negro con el mismo poder, belleza y alienación de la música negra. Ambos tienen un aspecto común: no obedecer reglas sino deshacerlas y recombinarlas en una lógica improvisatoria que anima el blues, el jazz, el hip-hop o el house, pero también las imágenes y los sonidos del black film. El recorrido no puede, por tanto, trazarse de manera cronológica y lineal, sino en espiral y con saltos de ida y vuelta, en una composición sincopada que gobierna los diálogos entre las proyecciones de ambas sedes. La programación, alejada del canon o del emblema, propone un relato basado en las manifestaciones fílmicas que no tratan de manera externa u observacional a la población negra, sino que están realizadas por esta misma comunidad que muestra su forma de vida y experiencia única. BLACK FILMS MATTER (1920-2020) es, por tanto, un ciclo de películas singulares con resonancias y confluencias entre sí, antes que un programa teórico. Consta de diversas sesiones que, como unidades de sentido, dan forma subyacente a este beat de filmes. De esta forma, se hace arqueología de los pioneros del cine, incluyendo las películas de los primeros directores afroamericanos de la historia, Oscar Michaux y Zora Neale Hurston. Son los llamados race films de comienzos del siglo XX, una industria alternativa que se desarrolló en el periodo mudo y que permanece todavía desconocida por su enorme potencial de desestabilización. De esta manera Within Our Gates de Oscar Micheaux es una respuesta antirracista a la aberrante monumentalidad xenófoba de The Birth of a Nation (1915) de D.W. Griffith, hito en las historias ortodoxas del cine. Tras este periodo, conectamos con la emergencia de la conciencia negra y los movimientos por los derechos civiles de las décadas de 1960 y 1970, caracterizados por la insurgencia del Black Power movement y del LA Rebellion, colectivos donde destacan gigantes fílmicos como Charles Burnett, Melvin van Peebles o Billy Woodberry. A su vez, las políticas de la diferencia unen feminismo, negritud e identidades queer en el trabajo de Julie Dash, Cheryl Dunye y Cauleen Smith. También hay lugar para un cine callejero y popular en el ciclo, que aborda el barrio como territorio y campo de batalla, como sucede con las películas de Spike Lee, Gordon Parks, Michael Schulz o John Singleton, dirigidas a una nueva audiencia masiva específicamente negra, un “contrapúblico” que transforma el cine de entretenimiento norteamericano. Las sesiones de artistas contemporáneos, que cuentan con Kevin Jerome Everson, Arthur Jafa o Kara Walker, funcionan como contrapuntos —al margen de una cronología— que vuelven a momentos fundacionales del black film, como los orígenes de los pioneros o las revueltas de las décadas de 1960 y 1970. El programa busca reintegrar estas genealogías históricas en una conciencia negra contemporánea que incorpore el pasado y que, a la vez, sea capaz de manifestar hoy, al unísono con uno de los grandes movimientos sociales y esperanzas de nuestro tiempo, Black Lives Matter, que las vidas negras (y el cine que las habita) importan.