En the wrong garden, Carlos León da continuidad a las constantes que identifican su trayectoria, que le ha merecido la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes, entre otras distinciones. Destacando por su característica lucidez y atractivo, las complejas pinturas abstractas de diversa escala exploran paisajes de la imaginación, en los que, en palabras del artista, se introduce la idea de jardín como un “espacio simbólico, de pensamiento, donde tiene lugar la colaboración y la confrontación de los trabajos propios de la naturaleza con los trabajos propios del hombre”.