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Christian Villamide – ‘Cando a paisaxe se fixo verba’
Cando a paisaxe se fixo verba es el título de la exposición individual del artista lucense Christian Villamide (Lugo, 1966), comisariada por Paula Cabaleiro. La muestra plantea una reflexión sobre la creciente desconexión del ser humano con la naturaleza, cuestionando los modelos de progreso actuales y reivindicando la contemplación y el respeto como caminos necesarios para la preservación del entorno.
Nota de prensa
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La Galería NÉBOA presenta "Cando a paisaxe se fixo verba", exposición individual de Christian Villamide (Lugo, 1966), comisariada por Paula Cabaleiro. La muestra, que podrá visitarse hasta el 31 de mayo, reflexiona sobre la creciente distancia entre el ser humano y la naturaleza, cuestionando el progreso y el capitalismo contemporáneo, y defendiendo la necesidad de recuperar la contemplación y el respeto por el entorno natural para preservar tanto al ser humano como al mundo natural.
"Cando a paisaxe se fixo verba"
El arte como soporte para el cuestionamiento. El paisaje como construcción cultural, como territorio simbólico en el que configuramos nuestra manera de estar en el mundo. Lo natural, hoy, espacio de conflicto y barbarie. La materia y el material como campo de batalla. ¿Existe alguna esperanza para romper con el desapego? ¿Perdura alguna posibilidad de suturar la herida? ¿Aún podemos actuar desde la grieta, que cada vez dilata más la distancia que se interpone entre nosotros y la naturaleza que cobijó nuestro origen? La sometemos, bajo hormigón y pseudo-intelectualidad. Una y otra vez, con una huella irreversible.
¿Progresamos (o no) bajo la forma de la indiferencia, perdiendo la curiosidad primigenia por descubrir y sentir, pavimentando caminos para que el capitalismo voraz sea dueño y señor del “imperio del primer mundo”, de una sociedad cada vez más egoísta, adormecida y, en gran medida, narcisista, preocupada solo por mantener(se) parte o cerca del poder? Pero, ¿qué es el poder? El poder se presenta hoy como el fin de todas las selvas, como el exterminio de lo natural. Como el último poema. El poder es la muerte que tenemos por delante.
La obra de Christian Villamide (Lugo, 1966) es siempre una llamada a la reflexión, una reivindicación para despertar la emoción ante la barbarie, en busca de un regreso a la contemplación, a la valoración de la naturaleza y el entorno, a la convivencia desde el respeto. Desde la memoria de los materiales y la huella del tiempo sobre ellos, el artista construye pequeños artefactos que nos interpelan, que nos remiten a nuevas realidades posibles, que nos hacen reflexionar sobre la manera en que habitamos el territorio. Paisajes de-construidos o (re)construidos se alzan ante nosotros, a partir de materiales encontrados, restos industriales o fragmentos orgánicos, desvelando nuevos relatos a través de pequeños simulacros, experiencias estéticas que juegan entre el lenguaje, el concepto y la evocación. ¿Puede una sombra dibujar una montaña? ¿Es posible vislumbrar nuevos horizontes ensamblando cuidadosamente trozos de madera, piedra y cemento? ¿Puede emerger la vida, encofrada entre los límites de hormigón y asfalto?
"Cando a paisaxe se fixo verba" es una toma de conciencia hacia la resignificación del término paisaje, superando la contemplación romántica de artistas y viajeros ante la inmensidad de la naturaleza, siempre en busca de lo sublime, para adentrarse ahora en una nueva interpretación, con un carácter complejo, múltiple y variable. Donde en el "pasado" fluían montes, llanuras y ríos, "ayer" fueron el cultivo, la conquista y la civilización los que asentaron los cimientos de la palabra paisaje, en el seno de la acción de construir las nuevas sociedades contemporáneas. Así, paisaje es un término cultural, es la naturaleza racionalizada, pensada y conceptualizada, siendo el resultado de la interacción en el tiempo entre las personas y el medio natural. Su expresión es hoy un territorio percibido y valorado por sus cualidades culturales, producto de un proceso y soporte de la identidad de una comunidad. Somos paisaje. Cada vez más. Aunque también somos naturaleza, aunque cada vez menos.
Christian Villamide pone en valor aquello que también es paisaje, rescatando de la ocultación y del velo la maleza, esa naturaleza mínima que brota ante la adversidad. Parece frágil, pero sobrevive al conflicto y a la especulación, ignorando un mundo sobrevenido de pobreza y destrucción energética y ecológica. Lo orgánico y lo natural aparecen encofrados, tensionados, lapidados, soportando sobre su fisicidad toda la presión y la hostilidad de lo artificial, lo industrial, lo intelectual. El peso y la carga del pseudo-progreso. El artista presenta paisajes acotados (y asfixiados), una suerte de paraísos prefabricados en busca del mejor ornamento para las nuevas ciudades, etiquetadas como sostenibles, en un alarde de supremacía y superioridad moral de un capitalismo patriarcal salvaje.
Pero no se entrega por completo al desaliento y la desesperanza. El trabajo de Villamide se sitúa (y nos sitúa) siempre en una investigación y un escrutinio continuo, persiguiendo la belleza y rastreando la evocación en cada trazo, en cada gesto. En esa construcción cultural del paisaje, en esa articulación de las imágenes mentales, esa naturaleza pensada y reflexionada se convierte en lenguaje. Las líneas que dibujan el horizonte connotan palabras, frases, expresiones. Es la contemplación, a la que el artista insiste en volver como último salvoconducto para la supervivencia del ser humano, la que hace emerger las palabras y el pensamiento crítico. Nos pensamos en el paisaje, nos reflexionamos en esas reverberaciones de la naturaleza perdida, en ese entorno primigenio que vemos desvanecerse hoy en nuestras sociedades anestesiadas. Solo esa necesidad emocional de seguir formando parte de ella puede ser su salvaguarda. Y, en definitiva, también la nuestra.
Christian Villamide profundiza en esta muestra en la cruel distancia con lo natural. Visibiliza esa grieta, cada vez más insalvable, que me hace recordar aquella magnífica intervención de Doris Salcedo en la Tate Modern en 2007: "Shibboleth". Esa profunda grieta de 167 metros que simbolizaba el gran abismo que existe entre la humanidad y la falta de humanidad, hoy cobraría nuevos significados, rezumando los actuales conflictos bélicos (inimaginables hace más de una década), las reiteradas vulneraciones de los derechos humanos, el maltrato a los flujos migratorios, la devastación de bosques y selvas, la explotación salvaje de los recursos naturales, el negacionismo ante el cambio climático y un largo etcétera que dibuja un presente y un futuro (si aún existe) profundamente desolador.
Las piezas escultóricas de Villamide rescatan restos para tratar de esbozar posibles futuros utópicos, nuevos paisajes reflexivos, esperando alguna reacción de la especie humana. Los escombros se descontextualizan para dignificar materiales y volverse palabra, poesía y reflexión. Las cartografías y los planos se transforman en espacios de exploración, evidenciando la intervención y la planificación premeditada para el sometimiento humano, en esa búsqueda de racionalizar los espacios naturales, de aplicar límites y barreras, de contener y dirigir el crecimiento. Villamide visibiliza así las malas prácticas de las sociedades contemporáneas, clamando por un retorno urgente a la reflexión y al sentido común, al respeto, en un acto necesario para reconducir la palabra y el pensamiento hacia el rescate de lo natural.
Puede ser la última oportunidad para cambiar nuestra forma de habitar el mundo y para reivindicarnos como parte de él, antes del fin de todas las selvas.
Paula Cabaleiro.
Comisaria.
Christian Villamide (Lugo, 1966) es un artista multidisciplinar. Su obra aborda la interacción entre el mundo natural y el artificial, explorando la transformación del paisaje y las contradicciones del ser humano en relación con su entorno. A través de la pintura, la fotografía, la escultura y las instalaciones, construye una reflexión visual sobre el equilibrio entre la naturaleza y su alteración por la mano del hombre.
Villamide trabaja con diversos materiales y soportes, como mármol, madera, hierro, cemento o metacrilato, creando composiciones que desafían la percepción tradicional del paisaje. El crítico Antón Castro describe su trabajo como “una expansión del concepto de pintura hacia un espacio de comportamiento más real, donde los sentidos y las emociones se integran en la experiencia artística”.
Su proyecto artístico, con influencias del conceptualismo, busca establecer una comunicación tanto social como íntima con el espectador, evidenciando el creciente desapego emocional e intelectual con el espacio natural. Su obra invita a la reflexión sobre la supervivencia de la naturaleza, su vulnerabilidad y fuerza, en un contexto de sobreexplotación y cambio constante.
Entre sus exposiciones individuales más recientes destacan "Maleza" (Fundación RAC, Pontevedra, 2023), "In Landscape Mode" (CGAC, Santiago de Compostela, 2019), "PERturbacións" (CAB, Burgos, 2019), muestra site-specific comisariada por Javier del Campo, "Hortus Conclusus" (Centro Cultural Marcos Valcárcel, Ourense, 2018) y "El Paisaje contra la Pared" (Museo Provincial de Lugo, 2016).
Su obra ha estado presente en numerosas muestras colectivas, bienales, ferias y certámenes, destacándose su participación en la "XXXII Bienal de Arte de Pontevedra" (Pontevedra, 2025), "Simultánea" (La Fundación Vigo y Lugo, 2024), "JustMad" (Madrid, 2023), "Art Madrid" (Madrid, 2018), en la "II Bienal de Canarias, Arte Paisaje y Arquitectura" (Círculo de Bellas Artes, Tenerife, 2009) y en la exposición "Foron Novísimos" (Centro de Arte Torrente Ballester, Ferrol, 2003). Además, ha recibido varios premios y becas de creación y ha participado en diversos programas de residencia artística en diferentes puntos de España, y su obra forma parte de colecciones de entidades públicas y privadas como el Centro de Arte CAB – Fundación Caja de Burgos, MAC (A Coruña), la Colección Caja Canarias (Gran Canaria), Afundación, Caja Madrid, la Delegación de Cultura de Lugo, el Museo Municipal de Ourense, la Fundación de Arte Ana Torre (Buenos Aires), la Xunta de Galicia, la Deputación Provincial de A Coruña, el Concello de Lugo, la Deputación Provincial de Lugo y el Museo Provincial de Lugo.
04
Abril 2025
Christian Villamide – ‘Cando a paisaxe se fixo verba’
4 abril - 31 mayo 2025
arte contemporáneo
exposición individual
exposición individual
Ubicación
NÉBOA
Lugo, Rúa Lamas de Prado, 31
Lugo, Rúa Lamas de Prado, 31
Horario de apertura
Martes a viernes de 11h a 14h / 17h a 20h.
Sábados de 11h a 14h.
Vernissage
4 abril 2025, 19H30 - 21H00
Enlaces oficiales
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Producción - Organización