Esta mañana, la Fundació Antoni Tàpies (Barcelona) ha acogido la primera rueda de prensa dedicada al Any Tàpies, cuyas celebraciones empezarán el 13 de diciembre de 2023 coincidiendo con el centenario del artista –que nació en Barcelona en 1923 y falleció en la misma ciudad en 2012.
Como explica Judith Barnés Martín, que se incorporó al equipo de la Fundación hace seis meses para coordinar el proyecto, el aniversario se celebrará bajo el lema «Tàpies viu. Viu Tàpies», que resume el espíritu con el que se realizarán todas las actividades: por un lado, la voluntad de reivindicar la vigencia de la obra del artista catalán hoy en día; por otro lado, la incorporación de un coro de voces de nuevas generaciones para revisitar y reinterpretar su legado, creando fisuras en el relato canónico.
De hecho, como recuerda Ferran Rodés –presidente de la Fundación– Tàpies tuvo el mérito de anticipar nuestros tiempos con una obra ecologista, anticolonialista y fundamentada en valores universales. Y es por esto que el Any Tàpies –cuyo programa se extenderá hasta el 13 de diciembre de 2024– no solo quiere ser una ocasión de celebración, sino también un reclamo a visibilizar unas propuestas aún necesarias y urgentes.
Antoni Tàpies creció en un ambiente social y cultural marcado por el republicanismo catalanista. En plena Guerra Civil Española, en paralelo a la formación académica, practicó el dibujo y la pintura de forma autodidacta. A principios de 1940, durante una larga convalecencia, su dedicación al dibujo y a la pintura se intensificó de forma considerable, cosa que lo empujó a abandonar los estudios universitarios. En la década de 1940 ya expuso algunas obras de marcada personalidad que lo destacan en la panorámica artística del momento. Fue cofundador de la revista Dau al Set (1948). Influenciado por Miró y Klee, incrementó entonces el factor iconográfico y la temática mágica. Poco a poco empezó a incorporar elementos geometrizantes y estudios de color que desembocaban en un interés por la materia, el cual se traducía en telas de textura intensa y de grandes posibilidades expresivas y comunicativas.
Hacia mediados de los años cincuenta, con estas obras Tàpies logró reconocimiento internacional. En 1957 participó en la IV Bienal de São Paulo; un año más tarde recibió el primer premio concedido por el Carnegie Institute de Pittsburgh. Fue también en 1958 cuando participó en la XXIX Biennale di Venezia donde fue galardonado con el Premio de la UNESCO y con David Bright Foundation Award. Pese al éxito, al darse cuenta de la instrumentalización que el régimen de Franco estaba emprendiendo, aprovechando el eco internacional de algunos artistas, para dar una imagen liberal, decidió no aceptar ninguna participación en exposiciones oficiales. A partir de ese momento mostró una actitud cada vez más abierta de oposición al régimen y de vindicación de la lengua y la cultura catalanas, aprovechando los canales que la internacionalización de su obra le permitía para hacerlo presente. La apreciación de la obra de Tàpies en los círculos de la vanguardia internacional no hizo más que crecer, ya finales de la década de 1950 sus obras viajaban cada vez más a menudo por Europa y América.
A partir de la década de los sesenta, empezó a incorporar nuevos elementos iconográficos (signos de escritura, elementos antropomórficos, pisadas y signos que aluden a la realidad de Cataluña) y procedimientos técnicos (nuevas superficies, uso de objetos cotidianos y del barniz). Desde entonces, el lenguaje pictórico de Tàpies ha evolucionado y ha dado como resultado una creación plástica diversificada, que ha acabado con incorporar también la realización de libros de artistas y de celebradas escenografías para acciones teatrales.
Intentando presentar de forma exhaustiva y diversa la obra de Tàpies, las celebraciones del Any Tàpies seguirán cinco líneas programáticas principales: 1) el proceso creativo del artista; 2) la ciencia entendida en tándem con el arte; 3) la influencia de las filosofías orientales y de la cultura japonesa; 4) el compromiso social y político del artista; 5) la presentación de nuevas miradas para vincular a Tàpies con los tiempos presentes.
De acuerdo con esto –como explica Núria Homs, curadora de l’Any Tàpies y conservadora de la Fundación– a lo largo de todo el 2024 tendrán lugar cuatro exposiciones. Tàpies y la huella japonesa (14 de diciembre 2023 – junio 2024), comisariada por la misma Homs, se centrará en el interés del artista por la obra de algunos monjes japoneses de los siglos XVIII y XIX y transmisores del budismo Zen.
En cambio, A=A, B=B (13 de diciembre 2023 – abril 2024), comisariada por el artista y científico Pep Vidal, recopilará obras de artistas contemporánexs como Daniel Bejar, Agathe Casals, Lúa Coderch, Mariona Moncunill, Irene Solá, entre otrxs, a partir del libro La nueva visión del mundo (1954), que Tàpies consultaba a menudo y que recogía unas charlas míticas entre expertos de la época sobre ciencia y filosofía.
En la primavera de 2024, la muestra Sengai comisariada por el idemitsu Museum of Arts de Tokio (una de las colaboraciones internacionales del anviversario), dedicada a la obra del monje budista Sengai, ante la cuál Tàpies reconocía tener una deuda artística y conceptual. Cerrará la oferta expositiva la gran Retrospectiva que inaugurará en julio de 2024, bajo el comisariado del Manuel Borja-Villel, ex director del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofia y Director de la Fundació Antoni Tàpies desde su fundación en 1990 hasta 1998. La muestra, que se podrá ver anteriormente en el centro BOZAR de Bruselas y en el Museo Reina Sofia, contará con una selección de obras procedentes de museos y colecciones privadas nacionales e internacionales, que abarcarán la extensa trayectoria del artista entre 1943 y 2011.
Acompañarán el programa expositivo una serie de propuestas educativas –entre las cuales destaca el proyecto Biblioteca portátil para acercar la obra de Tàpies a las escuelas de primaria y secundaria–, y de aportaciones de profesionales del sector cultural, con la voluntad de buscar un equilibrio entre la memoria, el legado del artista y la contemporaneidad. Participarán el guionista, director y productor Albert Serra, la periodista cultural Rita Roig, y la influencer y creadora de contenidos Juliana Canet.
La Fundació Antoni Tàpies agrupará la mayoría de las propuestas presentadas esta mañana, aunque las celebraciones se extenderán a otras instituciones de la ciudad, del país y del ámbito internacional. De hecho, Judith Barnes y Núria Homs se han unido en dirigir una invitación a todas aquellas iniciativas que quieran sumarse a la efeméride y aportar así su visión sobre la obra de Tàpies.
En acabar la rueda de prensa, Ferran Rodés ha citado al poeta y escritor Pere Gimferrer que, hablando de la obra de Antoni Tàpies, ha reivindicado su necesidad en tanto que «muestra la cara escondida del mundo». Por esta misma razón, Rodés ha querido invitar a lxs que estábamos presentes a no olvidar la obra del artista –cosa que, por distintas razones que podrían atribuirse a la digitalización y a la velocidad con la que se producen siempre nuevos contenidos, les está pasando a muchos artistas de la segunda mitad del siglo XIX. «Si conseguiremos re-conectar la obra de Tàpies con la opinión pública más cercana», concluye Rodés, «este aniversario habrá tenido sentido».
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