Aflorar se enmarca dentro del programa curatorial Hazitegia, desarrollado de forma conjunta con el Centro de Arte Contemporáneo de Huarte, con el objetivo de generar nuevos escenarios de reflexión en torno a la obra de Jorge Oteiza desde la creación contemporánea. Para ello, David Bestué (Barcelona, 1980), fue invitado para realizar una residencia de investigación y producción el pasado mes de enero en el Centro de Arte Contemporáneo Huarte, donde colaboró con un grupo de artistas y usuarios del espacio. Como resultado de este proceso creativo, Bestué presenta una intervención escultórica formada por un conjunto de obras en las que la tensión entre forma y materia aparece mediada por los procesos de transformación de los materiales utilizados.
Bestué entra en diálogo con la práctica de Oteiza, la responde y contradice al mismo tiempo que se inspira en ella. Aflorar parte de elementos de condición orgánica y perecedera, que sitúan la escultura en el umbral entre lo fijado por la forma y el volumen y lo que, por su condición vital, se escapa a cualquier voluntad de contención. Frente al uso de materiales como piedra, madera o hierro, que han configurado gran parte del proyecto escultórico del siglo XX, en el que se inscribe el propio Oteiza, Bestué contrapone una escultura realizada con elementos como sal, flores, laurel, arena, azúcar o humo, entre otros. Muchos de estos materiales como el laurel o la rosa, están culturalmente asociados, además, a la representación de lo efímero y fugaz.
En el proceso de elaboración de las piezas, Bestué filtra y tritura los elementos hasta conseguir una materia líquida que formaliza mediante el uso de moldes. Las piezas adquieren formas aparentemente básicas como lingotes, esferas, pilares o ladrillos, si bien contienen la memoria de la organicidad y el registro vital de los materiales, que rebasan la forma preestablecida. Se rompe así la convención de permanencia, implícita en las obras matéricas que implican las esculturas. Este proyecto se sitúa, por tanto, en una posición crítica ante la escultura de la modernidad y su significación en el uso de materiales considerados nobles, con la presencia de fragilidad de elementos aparentemente residuales.
De este modo, se generan unas obras dotadas de una singular poética, que se confrontan con la escultura de Oteiza, si bien comparten también lugares de encuentro. Se trata, en ese caso, de la presencia del concepto de estela, que Oteiza manejó en obras en las que “la vida se transmite y se prolonga”, como señaló, y que Bestué utiliza también en piezas como Bolardo de arena de la playa de Riazor (Samuel), referidas a Samuel Luiz, el joven asesinado el pasado año en La Coruña por motivos homófobos.
Paralelamente a la exposición se desarrollará un programa de actividades, talleres y visitas abiertas al público interesado. Para más información, pincha aquí.
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