Artium Museoa, 2017. Fuente: Wikicommons.
El Artium Museoa se prepara para deslumbrar con una serie de tres exposiciones que exploran la relación entre el ser humano y su entorno, desde la introspección en la huella del tiempo hasta la reflexión sobre la transformación del paisaje. Las exposiciones son Uniform de Patricia Dauder (Barcelona, 1973), Entresaka de Ibon Aranberri (Deva, 1969), y Archivo de Néstor Basterretxea (Bermeo, 1924 – Fuenterrabía ,2014), las cuales estarán expuestas entre abril y mayo hasta septiembre.
La exposición ofrece una mirada multifacética a través de esculturas, dibujos, instalaciones y películas, donde la artista explora la delicada intersección entre momentos afectivos y la huella del tiempo. Su trabajo se sumerge en la materialidad de los objetos y espacios, desentrañando historias potenciales a partir de restos y huellas casi imperceptibles. Utilizando objetos encontrados y diversas técnicas de manipulación, Dauder examina la acumulación, el borrado y la transformación de materiales como papel, tela, arcilla y cera, generando una narrativa que resuena con los procesos arqueológicos y de restauración.
Esta práctica artística se enriquece con protocolos meticulosos que incluyen cambios de temperatura, exposición a la luz y procesos de oxidación, entre otros, desafiando los límites de los materiales y creando un diálogo entre la experiencia del tiempo, la percepción y la memoria. En Unform, las películas como Insulana (2021) y March 5th 1979 (2011), comisariadas por Catalina Lozano, invitan al espectador a una reflexión activa sobre estos temas, consolidando la obra de Dauder como un ejercicio de exploración constante de la vida previa y activa detrás de cada creación artística.
La exposición presenta una retrospectiva de su trabajo desde los años noventa hasta la actualidad, como parte de un proyecto colaborativo con el MNCARS. Sus obras exploran la relación entre el ser humano y el paisaje, destacando cómo la intervención humana transforma y moldea la naturaleza. Aranberri también reflexiona sobre el legado de la primera industrialización y su impacto en el entorno natural, revelando su preocupación por los procesos de formación del paisaje y las huellas dejadas por la modernidad.
En esta muestra, Aranberri adopta un enfoque dinámico y no retrospectivo al yuxtaponer estrategias de repetición y fragmentación en sus proyectos. Sus obras se despliegan en distintas salas del museo, creando un diálogo fluido con la Colección y reactivando los materiales expuestos en función del contexto museístico. Este enfoque invita al espectador a contemplar las obras desde nuevas perspectivas, generando un diálogo entre el arte contemporáneo y el espacio expositivo que lo alberga.
La exposición se centra en el fondo documental del artista recientemente donado al museo por su familia, abarcando escritos, fotografías, cartas y proyectos cinematográficos. Esta muestra busca activar el potencial de estos documentos como fuente de inspiración, preservando su identidad e integridad mientras desarrolla una narración conjunta que revela las prácticas artísticas en el contexto del País Vasco. Coincidiendo con el centenario del nacimiento del artista, la exposición celebra su vida, obra y legado, proporcionando nuevas perspectivas para explorar su universo creativo.
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