Cortesía de Bòlit Centre d'Art Contemporani de Girona.
Las artistas Azahara Cerezo (Girona 1988), Xiana do Teixeiro (Lugo, 1982), Emilio Fonseca (Ourense, 1978), Joana Moll (Barcelona, 1982), Núria Nia (Barcelona, 1986), Playmodes, Manel Quintana y Stéphanie Roland (Bélgica, 1984) son quienes dan vida a la exposición más reciente del Bòlit, quienes para desarrollar su obra comienzan de una ficción especulativa, con la siguiente interrogante: «¿cómo generar vida en un entorno sin luz, sin energía?»
Fer créixer plantes en l’obscuritat es una exposición que reflexiona acerca de la relación que tenemos los seres humanos con la tecnología y la energía, teniendo un acercamiento distante a lo que es la perspectiva solucionista o catastrofista. Parte de la premisa del agotamiento de recursos energéticos asociados tanto del planeta Tierra como recursos personales tales como el burnout individual. Agregan «no tenemos energía —física, mental, emocional— para hacer mucho más de lo que ya hacemos».
Factores como la liberación del mercado energético a fines de los noventas y principios del 2000 y la dependencia que existe en la actualidad hacia los dispositivos tecnológicos de permanente consumo energético, han desencadenado que la energía sea uno de los grandes retos del siglo en el que nos encontramos.
La exposición comisariada por Ingrid Guardiola, «se pregunta sobre cómo cartografiar las infraestructuras que sostienen una parte de nuestra tecnología y cómo entender su implicación material y causal en el relato de la biodiversidad;» esto según el contexto de una modernidad crítica, la que tiene en cuenta tanto la humanidad como las vidas no humanas a partir de su interdependencia. Se trata de analizar, observar y recrear estas tecnologías porque la modernidad en la que estamos sumidos como sociedad se aleja de la modernidad real si implica el ecocidio.
Además, en esta exposición se busca interrogar sobre cómo se puede utilizar esta tecnología para dar vida a relaciones más sostenibles, poéticas y vitales con el mundo no humano. Algunos de los aspectos que se analizan son: la pérdida de biodiversidad a partir de una analogía entre los microchips e insectos, las tierras extrañas de las islas Canarias, la conexión entre los murciélagos los mundos virtuales; además, hacer crecer plantas en un contexto de oscuridad, observar a los animales salvajes y las cámaras de seguimiento, contemplar nuevamente las estrellas.
Para más información puedes visitar la página oficial del Bòlit.
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