De izquierda a derecha: Lorena García, Juan José Primo Jurado, Ricardo Sánchez, José Ángel Vélez, Jimena Blázquez, Patricia del Pozo, Macarena O'Neill, Carmen Ortiz, Cachito Vallés y Javier Rivera. Cortesía del CAAC.
El Centro Andaluz de Arte Contemporáneo (CAAC) y el Centro de Creación Contemporánea de Andalucía (C3A) han revelado su programación para 2025, compuesta por 19 exposiciones que combinan la obra de artistas andaluces con propuestas internacionales. Estas exhibiciones se plantean como una reflexión multidisciplinar sobre identidad, memoria y sostenibilidad, destacando el diálogo entre lo local y lo global.
La temporada en el CAAC comienza con dos exposiciones emblemáticas. Elaine Sturtevant (Ohio, 1924 – París, 2014), figura fundamental del arte contemporáneo, protagoniza una retrospectiva que celebra el centenario de su nacimiento. Con más de 40 obras provenientes de instituciones como el Museo Whitney de Nueva York y la Colección Pinault de París, esta muestra explora las apropiaciones creativas de Sturtevant y su crítica a la originalidad en el arte. Por su parte, Claribel Calderius (Cuba, 1986) presenta Sensemayá. Cantos para matar la culebra, una instalación en la Capilla de San Bruno que mezcla simbolismo cultural y ritualidad en un diálogo entre lo ancestral y lo contemporáneo.
En abril, la artista angoleña Sandra Poulson (Angola, 1995) conecta las políticas culturales de Angola con objetos cotidianos en una reflexión sobre identidad y memoria, mientras Amie Siegel (Chicago, 1974) aborda el poder y la arquitectura mediante un lenguaje audiovisual situado en la Zona Monumental del CAAC.
Mayo trae Audax Viator, de Regina de Miguel (Malaga, 1977), una propuesta interdisciplinar que integra producción artesanal en colaboración con la Escuela de Formación de Artesanos de Gelves. Ese mismo mes, Kader Attia (Senna-Saint-Denis, 1970) presenta Paraísos Perdidos, explorando la identidad y las cicatrices del colonialismo desde el concepto de reparación cultural.
Tras el verano, Buhlebezwe Siwani (Johannesburgo, 1987) llena la Capilla de Afuera con una instalación inmersiva hecha de jabón, evocando las antiguas fábricas almohades de Sevilla y explorando temas como la memoria y la espiritualidad. En octubre, la monumental obra Celda de Louise Bourgeois (Parigi, 1911 – Nueva York, 2010) se exhibe en diálogo con la arquitectura del CAAC, mientras Miguel Benlloch (Granada, 1954 – Sevilla, 12 de septiembre de 2018) presenta cuatro décadas de activismo artístico que consolidan su legado en la escena contemporánea.
La temporada continúa con una exposición monográfica del sevillano Cachito Vallés (Sevilla, 1986), cuyas instalaciones de gran formato integran tecnología, luz y movimiento en un diálogo inmersivo. Finalmente, Jem Perucchini (Tekeze, 1995) cerrará el año con una muestra que combina técnicas renacentistas con referencias contemporáneas y africanas, ofreciendo una síntesis visual rica en simbolismo.
El C3A de Córdoba se centra en la experimentación y la interdisciplinariedad. Cristina Mejías (Jerez de la Frontera, 1986) inaugura el año con una exposición que reúne obras anteriores y nuevas piezas diseñadas específicamente para las salas T2 y T3. Coincidiendo con la XIX Bienal Internacional de Fotografía de Córdoba, el C3A presenta una muestra de fondos fotográficos del CAAC comisariada por Alberto García-Alix, que dialoga con la exposición homónima en Sevilla.
En abril, Ana Segovia (Ciudad de México, 1991) conecta la pintura y lo queer con tradiciones icónicas del cine y el flamenco, tejiendo puentes entre las culturas mexicana y española. Raquel Algaba (Madrid, 1992) presenta en mayo En silencio se alzaron lotos, una instalación que reinterpreta el mito de los Lotófagos desde una perspectiva contemporánea.
El ciclo de grandes instalaciones en los atrios del C3A comienza con Transfigured Schönberg, de Dionisio González (Gijòn,1965), una obra que reimagina espacios arquitectónicos en una experiencia inmersiva. Cecilia Bengolea (Buenos Aires, 1979) sigue en julio con El ruido que habita, combinando danza, escultura y vídeo en un diálogo con las tradiciones artesanales y la materialidad del cuerpo.
El cierre de la temporada corre a cargo de Christian Lagata (Jerez de la Frontera, 1986), que explora la relación entre espacio, materialidad y transformación social a través de su interés en entornos industriales y su interacción con el ser humano.
Ambas instituciones apuestan por un enfoque sostenible, integrando prácticas de producción de bajo impacto ambiental y fomentando el uso de recursos locales. Además, iniciativas como el podcast Perder el norte y ciclos de pensamiento crítico amplían su alcance hacia nuevos públicos.
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