Carmen Calvo (València, 1950) que fue recientemente galardonada con el Premio Julio González, es objeto de la exposición que se puede ver actualmente en el Institut Valencià d’Art Modern, IVAM. La institución le rinde homenaje con una muestra que revisa las principales líneas de investigación de esta artista desde finales de los años sesenta del siglo XX hasta la actualidad.
La exposición, comisariada por Nuria Enguita y Joan Ramon Escrivà, presenta en la nave central de la Galería 1 una recreación del taller de la artista, un escenario abigarrado en el que las obras de arte conviven con estanterías, muñecas, revistas y fragmentos de diversos objetos y maniquíes; imágenes y referencias que, a modo de gabinete de maravillas, se convierten en la verdadera materia prima de su trabajo.
Carmen Calvo realizó estudios de publicidad en la la Escuela de Artes y Oficios y posteriormente estudió en la Escuela Superior de Bellas Artes de Valencia. Más tarde residió en la Casa Velázquez de Madrid, y en esos años de la transición española, fue una de los nueve artista escogidos para exponer una nueva imagen de España en el Museo Guggenheim de Nueva York.
La artista incorporó muy tempranamente el barro cocido en sus composiciones plásticas de manera que este elemento se convirtió en un distintivo de su trabajo. Sin embargo, a partir de finales de la década de los noventa, empezó a introducir la imagen fotográfica en sus composiciones, creando escenografías a base de instalaciones. De hecho, la obra de Calvo se sustenta en gran medida en la recuperación y reelaboración de imágenes y objetos desechados. En su complejo proceso creativo, la artista construye su personal visión del mundo activando mecanismos como la ensoñación, el recuerdo, el deseo o el miedo.
Un lugar destacado en esta exposición lo ocupa la mirada crítica de la artista hacia la opresión y la desigualdad de las mujeres. Una reflexión que la artista ha intensificado en la última década mediante el empleo de imágenes fotográficas rescatadas e intervenidas que nos muestran, de forma muy directa, a mujeres silenciadas, maltratadas en su cotidianidad laboral, festiva o familiar. Rostros ocultos y oprimidos debajo de telas, trapos, cuerdas o enigmáticos restos de juguetes.
La exposición se podrá visitar hasta el 6 de noviembre de 2022. Consulta los detalles aquí.
El Centro de Residencias Artísticas de Matadero Madrid abrirá sus puertas el próximo 23 de…
Bajo el título 'El caso de l(a casa) museo(a)', el museo alavés reúne la primera…
La reconocida artista alemana, figura clave del videoarte contemporáneo, vuelve al museo madrileño para presentar…
En su cuarta edición, con una programación diversa y colaborativa, la Setmana de l’Art reafirma…
También este año, tras las dos ediciones anteriores, CIFRA entrega su premio en Loop Art…
Es la mayor exposición en España de Grada Kilomba, destacada por su obra sobre memoria,…