El director del Centre d’Art La Capella, David Armengol, ha comisariado una exposición colectiva en el centro de arte lleidatà La Panera que se entiende como una especie de CD desplegado en una muestra física. Reúne un coro de voces con fuertes vínculos con la música y propone al público una experiencia definida más por la escucha que por la vista.
Se centra en la capacidad narrativa de la música y sus maneras afectivas de comunicar sensaciones, emociones, cuentos, anécdotas y una infinidad de fenómenos. La decisión de incluir el ‘yo’ —procedente en el Occidente de la poesía del romanticismo de los siglos XVIII y XIX— en la música pop cambió para siempre nuestra relación con ella. De repente, el escuchador pudo encontrarse dentro de la canción, y sentirse partícipe de ella. Estas estructuras recíprocas e inclusivas se podrán encontrar en esta muestra que expone una serie de obras tanto sonoras como bidimensionales.
Marca otro instante en que la música y el arte sonoro inundan las salas de arte contemporáneo. Es una inclusión que se ha visto varias veces en la última década como por ejemplo en la Casa Encendida (ARTe SONoro, 2010, y You got to get in to get out, 2021); la Fundación Juan March (Arte sonoro en España (1961-2016), 2016); la Fundació Joan Miró (Art Sonor?, 2019); y recientemente en Matadero Madrid y el Museo Nacional Thyssen-Bornemisza.
En la misma línea, el comisario sugiere: «En el fondo, quizás me equivoco, me da la sensación de que todas las personas que formamos parte de esta exposición, a pesar de dedicarnos al ámbito del arte —y, por tanto, tener nuestro hábitat en la sala de exposiciones—, en algún momento hemos deseado más consagrarnos al mundo de la música. En algún momento, hemos querido hacer canciones.»
El título procede de un crítico de Rockdelux quien utilizó la noción de «verbo armónico» para hablar sobre una reedición de un disco de Bob Dylan. En este caso, se utiliza para hacer evidente la conexión entre el arte (manifestación física) y la música (manifestación sonora).
El reparto variado se compone de artistas de varias procedencias y generaciones, articulando una muestra sonora polifónica y armónica. En total, 20 obras de Johanna Billing (Jönköping, Suecia, 1973); Fito Conesa (Cartagena, España, 1980); Jack Davidson (Aberdeen, Esocia, 1958); Laia Estruch (Barcelona, 1981); Inés García (Bilbao); Dani Montlleó (Mataró, 1966); Jaume Pitarch (Barcelona, 1963); Irene Solà (Malla, 1990); o Richard T. Walker (Shrewsbury, Reino Unido, 1977) se podrán experimentar en el centro de arte.
La inauguración fue el pasado 5 de marzo y coincidió con la exposición monográfica de Mireia Sallarès (Barcelona, 1973) Tenir una història, tenir una responsabilitat.
Se puede ver hasta el 22 de mayo de 2022. Paralelamente, el centro acogerá una programación repleta de performances, conciertos y visitas guiadas. Pueden consultar la hoja de sala con los horarios de dichas actividades aquí.
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