Queda inaugurada La acción roja y la membrana de Katja Meirowsky (Straussdorf, 1920 – Potsdam, 2012) en Es Baluard Museu d’Art Contemporani de Palma. Una exposición que ofrece una mirada crítica a la obra y la vida de una artista poco considerada para la historiografía, con una práctica artística alejada del canon estético imperante durante décadas.
Los comisarios de la muestra, Bartomeu Marí e Imma Prieto, han seleccionado obras que narran una vida marcada por la II Guerra Mundial y su superación, desde su formación en Berlín hasta su vida en Ibiza, un entorno rural y no industrializado, lejos de la metrópolis. La exposición estará abierta al público hasta el día 5 de agosto de 2024.
Katja Meirowsky (Straussdorf, 1920 – Potsdam, 2012) estudió pintura en Berlín durante la época nazismo y formaba parte de la Rote Kapelle [Orquestra Roja], una organización de resistencia al fascismo y asistencia a los judíos y aquellos que tenían que huir del régimen. En el año 1949, junto a otros artistas, fundaron el cabaret de artistas Die Badewanne [La bañera], un centro de experimentación multidisciplinaria que unía la pintura, la literatura, la danza, el teatro y la música. Una práctica inspirada por la literatura surrealista y el arte moderno, la cual era perseguida y censurada por los nazis por su reinterpretación de la realidad del momento. En 1953 se estableció en Ibiza y se convirtió en la única mujer del Grupo Ibiza 59. Fue en la isla, donde desarrolló la mayor parte de su obra.
De esta manera, influenciada por las vanguardias, Meirowsky cercó un camino para salir de la modernidad sin caer en lenguajes del pasado, obteniendo el resultado de una obra anacrónica -sale de su época y busca otros tiempos- fuera del presente y de los estilos predominantes. Su pintura se construye a través del proceso de eliminación, por destilación de formas generadas a partir de la voluntad de escapar del rigor del cubismo, de apartarse de la condición líquida del espacio surrealista y de los egoísmos expresionistas, del tachismo o del informalismo que dominaron el mercado del arte desde la posguerra.
A partir de aquí, la artista nos ofrece una obra que avanza hacia la abstracción, pero que cuenta con delicados equilibrios entre la presentación de espacios prototeatrales y de la natura que le rodea; así como, la huella de los humanos sobre la tierra, cultura y sus vestigios.
Imma Prieto, comisaria de la exposición, explica que «con esta exposición finalmente tratamos en condiciones de igualdad a todos los miembros del Grupo Ibiza 59. (…) a veces ni siquiera mencionaban su nombre, Katja Meirowsky aparecía en las fotos, pero no la nombraban.»
Bartomeu Marí, añade: «Katja Meirowsky nos invita a recordar que a la historia del arte occidental le sigue faltando “la otra mitad de la vanguardia” (…) También nos mueve a considerar la práctica del arte más allá de la mera producción de imágenes, como una acción reivindicativa y como una membrana entre pasado y presente, esencial para imaginar el futuro.»
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