El pasado sábado 26, la ciudad de Girona dio inicio a una de las propuestas culturales más destacadas de la temporada. Infralocus. Los 90 en Girona, una década de 20 años es un proyecto expositivo que se despliega en distintos espacios de la ciudad –Bòlit_PouRodó, Bòlit_StNicolau, el Museo de Historia y Bòlit_LaRambla–, y reúne a casi noventa artistas y colectivos de la época, además de incluir un variado programa de actividades públicas.
Comisariada por Eudald Camps (Ripoll, 1976) y Jordi Mitjà (Figueres, 1970), la exposición revisita la Girona de finales de los años 80 y 90, destacando a los artistas y los colectivos activistas que operaban al margen de los circuitos oficiales. Los curadores han realizado una «arqueología contemporánea», documentando actividades culturales y movimientos sociales alternativos que reflejan el espíritu experimental de esa época. La muestra pretende evidenciar cómo en los 90 se fusionaron arte y vida en una utopía vanguardista.
Desde finales de los ochenta y a lo largo de los noventa, Girona se caracterizó por ser una ciudad creativa y receptiva, alineada con Europa y el mundo. Mientras la narrativa oficial se ceñía a cánones establecidos, en los márgenes culturales, desde los barrios periféricos hasta el corazón del Barri Vell, emergía un vibrante pulso alternativo.
La exposición busca visibilizar un «ecosistema cultural propio» que existía al margen del discurso oficial, centrándose en los infralocos (bares y discotecas) donde la cultura se manifestaba de manera espontánea y descontrolada. A través de entrevistas con actores culturales, se ofrece una perspectiva reflexiva sobre un paisaje creativo poco revisado.
La exposición se distribuye en varios espacios, cada uno ofreciendo una perspectiva distinta de una Girona en plena efervescencia creativa y reivindicativa.
En Bòlit_LaRambla se presentan obras que narran los movimientos culturales tanto del centro de la ciudad como de la periferia, como el movimiento okupa, hip hop, break o el graffiti; Bòlit_PouRodó se centra en las prácticas pictóricas de artistas progresistas como Montserrat Costa, Quim Corominas y Pep Camps; Bòlit_StNicolau explora la mítica vida nocturna gerundense de esos años, destacando locales emblemáticos como la Sala del Cel y Nummulit; mientras que el Museo de Historia contextualiza la transformación social y urbana de la ciudad, recogiendo el espíritu reivindicativo de artistas como Enric Ansesa, Manel Bayo y Roser Oliveras, junto a carteles, fanzines y fotografías que capturan el alma libre de aquellos años.
Infralocus celebra la cultura independiente y rebelde de aquellos años, libre de jerarquías y programas definidos, e invita a explorar una escena artística diversa, donde se entremezclaban el ocio, las artes y la acción social.
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