Jordy Kerwick, 'Jules y sus amigos,' 2022. Cortesía de la Colección de Blanca y Borja Thyssen-Bornemisza y del artista.
Ya queda inaugurada la exposición individual de Jordy Kerwick (Melbourne, 1982) en el Museo Nacional Thyssen-Bornemisza que se podrá ver hasta el 15 de enero de 2024. La muestra se enmarca dentro del programa de exposiciones dedicado a la colección de Blanca y Borja Thyssen-Bornemisza que busca promover figuras emergentes de la nueva pintura. Reúne nueve piezas, desde lienzos de gran formato a obras más pequeñas sobre papel, entre las que se encuentran tres pinturas pertenecientes a esta colección.
Artista autodidacta, Kerwick comenzó a pintar hace siete años, animado por su esposa, Ces McCully. Antes de dedicarse a la pintura, era propietario de una pequeña empresa dedicada a proyectos deportivos, pero todas sus iniciativas fracasaron y casi lo llevaron a la quiebra. Ahora es un pintor de éxito, cuyas obras forman parte de colecciones como la del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía y otras en Estados Unidos y Japón y ha expuesto en ciudades como París, Londres, Berlín, Nueva York, Los Ángeles, Tokio, Hong Kong y Sídney.
Kerwick forma parte de una nueva generación de artistas que ha recurrido a las redes sociales para compartir su trabajo. De esta forma, desde Albi (Francia), donde reside desde 2019, ha alcanzado una audiencia más amplia y ha podido conectarse con otros artistas y galeristas de todo el mundo. En 2016, vendió su primera obra a través de Instagram y en 2022 irrumpió en las casas de subastas de Londres y Nueva York.
En sus primeras obras, Kerwick pintaba naturalezas muertas, primero en tonos suaves y poco a poco más coloristas y con detalles más variados. A continuación, en estas escenas de interiores aparecieron una cobra y un tigre camuflados, seres fantásticos que saltaron después al exterior, a paisajes selváticos habitados por leones y lobos, pero también por unicornios, casi siempre con dos cabezas. En su pintura reciente, el artista ha ido creando composiciones más narrativas y complejas, dejando entrever toda una mitología, en ocasiones protagonizadas por una divinidad femenina.
Las obras que forman parte de la exposición pertenecen todas a la producción más reciente de Kerwick y están realizadas entre 2022 y 2023. Son coloridas y vibrantes y muestran una variada gama de técnicas en distintos estratos: pintura de spray, acrílico y óleo en los lienzos o rotulador y pastel al óleo en la obra sobre papel. Dos de ellas, Este amor moderno (2023) y La musa (2023), permiten, además, intuir sus referencias artísticas a través de los libros que incluye entre los elementos decorativos: el arte cretense, el fauvismo y Henri Matisse.
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