Sabrina Amrani se complace en presentar Their Love is Like All Loves, Their Death is Like All Deaths; un comisariado de Jal Hamad que viene a ser la cuarta exposición individual de Manal AlDowayan (Dhahran, Arabia Saudita, 1973) en la galería.
Their Love is Like All Loves, Their Death is Like All Deaths es un capítulo de una historia incesante que Manal AlDowayan ha forjado y desarrollado desde su exposición individual ‘And I, Will I Forget?’ en 2015. Esta nueva exposición es una continuación de los conceptos que empezó a explorar entonces: reconciliación, autosanación, y comprender los procesos sociohistóricos que tienen lugar en su tierra natal. Al hacer esto a nivel personal, también está haciendo una crónica del sentimiento y el cambio social en su país de origen.
Recientemente, después de que el emplazamiento de Hegra fuera agregado a la Lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO en 2008, las antiguas culturas nabatea, dedanita y lihyana ocuparon los titulares con el (re)descubrimiento de ruinas y monumentos; inscripciones milenarias en las rocas y magníficas tumbas comparables a las de Petra en Jordania; en el noroeste de Arabia Saudita, a orillas del Mar Rojo y a las puertas del áspero desierto, en el país de Manal AlDowayan. El encuentro de Manal con estos reflejos fragmentados de la Historia, y con estas vidas vividas antes de nuestro tiempo en el lugar que creía conocer, le era completamente ajeno y lejano. Al mismo tiempo, se vio obligada a compartir su historia como propia. ¿Cómo te relacionas con una historia que no ha sido contada? ¿Qué pasaría si descubrieras que tu propia historia pertenece a una historia abandonada y olvidada que resurgió después de milenios? ¿Qué impacto tiene esto en la identidad y la memoria colectiva?
Their Love is Like All Loves, Their Death is Like All Deaths es un intento de responder a estas preguntas. Con esta exposición Manal explora conceptos como la inmortalidad y el tiempo. De pie frente a las ruinas, Manal cuestiona su propio linaje y ascendencia, buscando encontrar su eslabón en la cadena de la Historia. Todo monumento, todo ser vivo, lleva en sí la semilla de su propio fin.
La exposición se plantea como un laberinto abierto -en una analogía de la vida: un camino de significado para ser experimentado y recorrido-, invitando a cada espectador a encontrar su propio camino transformador a través de la muestra. Las paredes del laberinto están construidas con cuerdas. En muchos idiomas, la parte media de una cuerda se llama el ‘alma’ de la cuerda, y el resto de la cuerda son los ‘extremos’ que se entrelazan, enredándose y entrelazándose alrededor del ‘alma,’ de la misma manera el presente de la artista y el presente de sus ancestros recién encontrados se entrelazan en torno a una línea histórica que los une a todos. Las cuerdas se usan para atar cosas. En este proceso de curación, Manal utiliza las cuerdas como símbolo para crear esta conexión entre ella y sus antepasados.
La muestra se alarga hasta el 25 de marzo 2023.
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