21 enero 2025

La_Oficina (Madrid) presenta ‘Si hay territorios que solo dependen de ser cantados’

de

Una exposición de María García Ruiz que explora los desplazamientos entre cuerpos, arquitectura y territorio, proponiendo un espacio en movimiento donde la memoria, el canto y las formas de habitar cuestionan las estructuras tradicionales

Vista de la exposición ‘Si hay territorios que solo dependen de ser cantados’ de la artista María García Ruiz en la_Oficina, Madrid, 2025. Cortesía de la_Oficina.

El 11 de enero se inauguró en la galería la_Oficina la exposición Si hay territorios que solo dependen de ser cantados de María García Ruiz (Valdepeñas, 1981). En esta muestra, que estará abierta al público hasta el 8 de febrero, la artista presenta una selección de trabajos de la última década, en los que reflexiona sobre las dinámicas de desplazamiento físico y conceptual en la arquitectura y el territorio. Además de las obras en exhibición, el programa incluye dos activaciones: un visionado y conversación sobre el videoensayo Tierras raras en la apertura, y el 1 de febrero, una conferencia performativa basada en Muros de viento, sarcófagos cristalinos.

El texto curatorial de Andrea Soto Calderón, titulado Cantar el territorio, mover la arquitectura, teje una arquitectura conceptual para interpretar las obras expuestas. En su texto propone que la exposición explora modos de vida y de organización del habitar que escapan a los márgenes tradicionales. Esta premisa se vincula con las songlines de los aborígenes australianos, rutas que no solo conectan físicamente el territorio, sino que lo narran y lo configuran mediante cantos, mitos y relatos ancestrales. De forma similar, García Ruiz cuestiona las formas convencionales de ordenar el espacio y nos invita a percibirlo como un cuerpo en movimiento.

Entre las piezas destacadas se encuentra Tierras raras (2019), un videoensayo que conecta la explotación de estos minerales indispensables para la tecnología moderna con una reflexión poética sobre el paisaje. Por otro lado, Muros de viento, sarcófagos cristalinos (2024) revisa las contradicciones entre las arquitecturas experimentales de los años sesenta y los proyectos destinados a sedentarizar comunidades nómadas, abordando su estrecha relación con la lógica del campo de concentración. Estas obras, junto con fotografías, serigrafías y ensayos audiovisuales, dibujan una cartografía crítica sobre cómo el espacio afecta a los cuerpos y viceversa.

Vista de la exposición ‘Si hay territorios que solo dependen de ser cantados’ de la artista María García Ruiz en la_Oficina, Madrid, 2025. Cortesía de la_Oficina.

Soto Calderón señala que la práctica de García Ruiz no es meramente narrativa, sino que «pone a trabajar documentos, archivos, cuerpos y voces» en un ensamblaje que resiste cualquier lógica discursiva. En este montaje de materiales, el espacio es tanto un protagonista como un escenario en constante transformación, uno que nos obliga a cuestionar la rigidez de las formas urbanas y arquitectónicas modernas.

Según Soto Calderón: «En el pensamiento de María García no podemos hablar de un montaje de imágenes solamente sino de diversos materiales que forman capas complejas, una arquitectura que muestra su fragmentación y sus pliegues, que forma nuevas capas para aparecer».

Más allá de los límites físicos, la exposición invita a imaginar un habitar fluido, una vida que canta su territorio y desafía las imposiciones de lo estático. Es un ejercicio de memoria, crítica y creación que sugiere que la verdadera potencia del espacio radica en su capacidad de movimiento, su habilidad para albergar historias y posibilidades aún por descubrir.

Puedes descargar el catálogo de la exposición en la página web de la_Oficina, el cual incluye el texto de Andrea Soto Calderón.

Vista de la exposición ‘Si hay territorios que solo dependen de ser cantados’ de la artista María García Ruiz en la_Oficina, Madrid, 2025. Cortesía de la_Oficina.

María García Ruiz

Artista visual e investigadora, licenciada en Arquitectura, con un Máster en Investigación en Arte y Diseño y doctoranda en Filosofía. Su práctica artística explora la producción física e imaginada del territorio mediante narrativas híbridas que combinan imagen, escritura y acción. Actualmente es residente en Hangar (2022-2024) y ha sido reconocida con la Beca de Investigación Artística Fundación Banco Sabadell – Hangar (2020).

Ha participado en la Biennal d’Art Diputació de Tarragona y Fotonoviembre, Festival Internacional de Fotografía de Tenerife (ambos en 2021). Ha comisariado las exposiciones La ciudad en disputa (2023) junto a Moisés Puente y Máquinas de vivir (2017-2018) junto a Pedro G. Romero, coautora del libro homónimo (2020). Además, coordinó la plataforma Topografías de la discrepancia urbana en La Virreina Centre de la Imatge (2016-2017) e investigó en residencia en el Museo Reina Sofía (2015-2016).

Su obra se ha exhibido en instituciones como la Secession de Viena, Kunstverein Stuttgart, MUSAC de León, Fabra i Coats de Barcelona, TEA de Tenerife, Museo de Reus y Museo de Arte Moderno de Tarragona, entre otros.

Vista de la exposición ‘Si hay territorios que solo dependen de ser cantados’ de la artista María García Ruiz en la_Oficina, Madrid, 2025. Cortesía de la_Oficina.
Redacción

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