Comisariada por Semíramis González (Gijón, 1988), en L’arbre de la vida, se han seleccionado un total de ocho artistas que dedican su obra a la reivindicación feminista, la crítica del patriarcado y la revisión histórica. Su título hace referencia a un poema de Audre Lorde, activista feminista, anticapitalista, lesbiana y afroamericana. Lorde fue una de las primeras mujeres racializadas en lanzar una voz crítica hacia el feminismo blanco, lo que contribuyó a la consolidación de lo que denominamos ahora como feminismo interseccional.
Con ello, se plantea un recorrido por distintas artistas contemporáneas actuales las cuales trabajan desde el empoderamiento que subyace en la rabia. Lorde defendía la importancia de la canalización constructiva y creativa de los sentimientos negativos que emanan de la desigualdad, desposesión y opresión. Partiendo de esta premisa, estas artistas desarrollan su práctica artística desde la potencialidad creativa que reside en la indignación y en el enfado.
En el caso de Regina José Galindo (Guatemala, 1974), su obra reflexiona sobre las víctimas de género y su cuerpo presente y ausente. Bajo una interesante metáfora visual, esta artista pone en diálogo esta realidad y la ciudad de Castelló. En el caso de Kubra Khademi (Kabul, 1989), la artista utiliza la ilustración para colectivizar la realidad de las mujeres afganas bajo el régimen talibán. Por su parte, la artista local Julia Galán (Castelló de la Plana, 1963), presenta el proyecto ‘Cuerpos en rebeldía’, en el cual se ponen en tela de juicio las fronteras y el inacceso a derechos e igualdad. María María Acha-Kutscher (Perú, 1963) trabaja con los rostros de mujeres que aparecen en fotografías de manifestaciones feministas. En el caso de Marina Vargas (Granada, 1980), reflexiona sobre los cánones estéticos impuestos por el patriarcado, subvirtiéndolos mediante el uso de la fotografía de situaciones escenificadas. La pieza audiovisual ‘Doble ficción, de Ana Esteve Reig (Agres, 1986), muestra una escena de violencia física entre mujeres, lo cual rompe con las ideas preconcebidas de feminidad. Beth Moysés (Sao Paulo, Brasil, 1960) presenta una animación, la cual hace un recorrido por varias artistas feministas que han existido durante la historia, a modo de homenaje y de medio para darlas a conocer. Finalmente, la obra de Fatima Mazmouz (Marruecos, 1986) muestra una cruda realidad que nos confronta con nuestro pasado colonial: resignifica antiguas fotografías de prostitutas marroquíes distribuidas en el barrio militar de Bousbir (Casablanca).
Todas ellas desarrollan proyectos con una clara finalidad contestataria que plasman gráficamente elementos del patriarcado que todavía operan en nuestra sociedad.
Puedes ver esta exposición en el Espai d’Art Contemporani de Castelló hasta el 11 de junio.
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