20Bajo la curaduría de Simone Tosini Pizzetti, CONTEMPORANEA es organizada y producida por Solares Fondazione delle Arti con el apoyo de Destinazione Turistica Emilia, APT Servizi Regione Emilia-Romagna, y alberga 115 obras de 93 artistas de la escena contemporánea italiana e internacional. La exposición es una oportunidad imperdible para recorrer el arte contemporáneo a través de la obra de las colecciones privadas de la ciudad de Parma.
«El coleccionismo es también motivo de orgullo y de gran riqueza para la ciudad de Parma, porque en la búsqueda de estas obras – explica Tosini Pizzetti – lo que se ha encontrado no es un coleccionismo «pintura en el sofá», sino más bien un coleccionismo nacido de una verdadera pasión y una gran cultura artística. El resultado final alcanzado y ofrecido al público es un viaje que recorre el siglo XX en todas sus miradas, sus personalidades y sus interpretaciones».
Lo que llama la atención nada más cruzar el umbral de la primera sala–la de los “antecedentes»–es inevitablemente la Fuente de Marcel Duchamp, el único ejemplar entre doce que se encuentra en posesión de un particular y no en un museo. El camino emprendido es el del dadaísmo y su idea revolucionaria de la redención del pensamiento en la forma. Precisamente en lo que respecta a la forma, resultó apasionante la creación del muro reservado al surrealismo, que albergaba una sugerente comparación entre Le consolateur de Giorgio De Chirico y Sans titre de Victor Brauner. Se trata de una combinación que «nos permite profundizar en todas las facetas del surrealismo», explica el comisario. Mientras De Chirico, en su ser freudiano y onírico, conserva cierta claridad de forma, Brauner tiene un estilo libre, una pintura desordenada.
Del expresionismo alemán y el futurismo se desenrolla un hilo rojo que recorre todas las salas y representa «la relación del arte y de los artistas contemporáneos con el problema, lamentablemente todavía actual, de la guerra», y cómo ésta ha modificado la visión que el hombre tiene de sí mismo.
Así, en la sala contigua se encuentra El caballo y el jinete de Marino Marini, que nos habla de la desorientación y la consternación de la humanidad ante una realidad que ya no puede controlar y cuya perturbación la aterroriza. El diálogo con Mušič es inmediato, particularmente en las obras Cavallini y Autorretrato, revelando los dolorosos recuerdos del artista, víctima de primera mano del trauma de los campos de concentración. Y de nuevo hablamos de la humanidad con Rosso, la famosa escultura de Roberto Burri en la sección de arte informal italiano, que nos presenta una «visión de un hombre que piensa que a pesar de los descubrimientos científicos ni siquiera merece ser creador de obras que muestren su racionalidad.»
El espacialismo surge años después, con los descubrimientos científicos, el alunizaje y la reconstrucción que hacen que el hombre recupere un poco de confianza en sí mismo que le empuja a buscar un espacio que vaya más allá de la realidad. Desde su fundador Lucio Fontana, del que son visibles tanto los cortes como el agujero en Concetto espacial de 1962, hasta los movimientos de Crippa, se abre aquí una tendencia que introduce el abstracto como refugio frente al horror del pasado. Finalmente llegamos a la palabra con Joseph Kosuth y su Definición, acompañada de la obra real, un trozo de papel que el artista entrega al comprador y que preserva la idea original de la obra.
La transvanguardia, el pop art y el body art esperan al visitante en la planta superior, donde también encontramos Azione Sentimentale, una de las performances más conocidas de Gina Pane, para la cual la Fundación Lenz ha previsto un iconostasio performativo titulado Over Gina Pane_4 Azioni Sentimentali, para un total de ocho citas con cuatro creaciones de Maria Federica Maestri. Junto con los vídeos de las performances de Fabio Mauri–que adquieren un enfoque evocador en la exposición–el comisario explica que «estas performances permiten vivir la exposición de arte contemporáneo actualizándola y moviéndola con documentación distinta a las obras colgantes». Se espera poder enriquecer la oferta de la exposición con encuentros en los que también participen artistas y críticos.
La instalación Hunger de Michelangelo Pistoletto cierra evocadoramente el itinerario de la exposición, dejando al visitante frente a una interpretación más profunda de la realidad contemporánea. Hambre es el título escrito con grandes letras en la pared, un título que en italiano corresponde al concepto ambivalente: «por un lado refleja angustia, dolor, sufrimiento y carencia», pero por el otro refleja abundancia, disfrute y regocijo.
Son muchos otros artistas e innumerables temas que la exposición supo acoger y abordar en esta verdadera investigación sobre los meandros artísticos inaccesibles al público de la ciudad de Parma, que resulta rica no sólo en arte, sino también en conciencia privada.
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