La Galería Sabrina Amrani de Madrid, inauguró el pasado 27.1.24 la primera exposición individual de la artista Warha Shabbir (Lahor, Pakistán, 1987) en España. En la muestra, que estará abierta al público hasta el día 16.3.24 bajo el título The Water Is Never Still [El agua nunca está quieta], la artista adapta visualmente la figura del árbol como un emblema de resistencia, y de esta manera, reflexiona a través de su obra sobre conceptos como el proceso, el tiempo, la evolución y el crecimiento, evocando así, un deseo de supervivencia en su proceso creativo estimulado por la naturaleza.
Las pinturas de Shabbir podrían leerse como mapas compuestos por una multitud de hojas, puntos y líneas de tonos vívidos; una seductora vegetación, donde la artista reúne lo orgánico con una geometría estructurada, dentro y alrededor de la pintura. A través de pinceladas finas, crea imágenes interactivas, estéticas y unitarias en que los propios marcos se convierten en algo más que espacios circundantes del papel: son una continuidad del lienzo.
Su trabajo se revela de forma gradual al ojo del espectadorx, invitándolx a descubrir y explorar nuevos espacios dentro de sus pinturas. En esas imágenes paradisíacas, podemos encontrar tanto símbolos que representan la pérdida y la desesperación, como también la supervivencia en forma de paisajes, recintos, luz, o, incluso, la ausencia de la misma. De esta manera, la artista pakistaní juega con las dualidades y la percepción en sus obras, las cuales, a parte de tener un mundo interior eterno, también se cruzan e interactúan.
Asimismo, Shabbir busca representar a través de la gran variedad de naturaleza y ángulos, el abismo entre lo real y lo sentido; refiriéndose a las dimensiones que cruzamos cuando entramos a la vida de alguien, y como estamos aceptando formar parte de las realidades de los demás. La artista defiende el concepto del vínculo, ya que nos hace compartir ideas, dilemas y soluciones que trascienden los límites tradicionales del espacio y el tiempo. Así pues, sus obras no solo representan vegetación y espacios naturales, sino que es el proceso creativo que tiene la artista para mostrar su adoración a las relaciones humanas así como, sus infinitas posibilidades; la interdependencia de ese ecosistema en el que cada uno se nutre, compartiendo los elementos aire, agua, luz, todos contenidos en la superficie del papel.
The Water Is Never Still [El agua nunca está quieta] busca sumergirnos en una experiencia conjunta y así acercarnos al proceso personal de la artista y su búsqueda a través de la naturaleza de su deseo por la supervivencia. La artista nos lanza esta pregunta retórica: «¿Qué mejor manera que permitirnos encontrar gratitud en el esplendor de la naturaleza que evoluciona a nuestro alrededor y abrazar una ‘floración interior’ al permitirnos persistir como un árbol?»
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