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El Museo de Naturaleza y Arqueología de Tenerife, continúa con su labor divulgativa, promoviendo el desarrollo de actividades que contribuyan a una mayor integración de la ciudadanía con los temas que ocupan el museo. Así pues, cada vez más, se organizan exposiciones temporales que dan muestra de obras de artistas actuales y contemporáneos que trabajan desde la reflexión en torno al medio natural y el pasado histórico de nuestra sociedad. De este modo, el pasado 10 de junio se inauguraba la exposición ‘Monumenta. Nueve encarnaciones guanches’, de la mano de la artista canaria Yapci Ramos (Tenerife, 1977), la cual incide de lleno en las cuestiones de representación de la memoria histórica y la invisibilización de la mujer en el espacio público.
Según la artista «Monumenta’, nace de la inquietud y la desazón que provoca la poca presencia en el espacio público de monumentos que representen a las mujeres guanches y otras identidades subalternas, así como del origen precolonial y la esencia del territorio.” En esta ocasión, Ramos decide poner el foco en el trasfondo político que subyace en las formas de representación del pasado. Entendiendo los monumentos como la materialización de las estructuras de poder legítimas en un momento concreto de la historia, Yapci se fija en los mecanismos de opresión que articulan estas simbologías. De algún modo, los monumentos exaltan su potencialidad como creadores de significado propio y colectivo, ocupando un lugar preponderante en los imaginarios de las personas que comparten un territorio concreto.
Con la continua mutabilidad de valores, y las reivindicaciones de las minorías y los sujetos subalternos propios de nuestra época, empieza a carecer de sentido sostener elementos que ya no consiguen, de ningún modo, representar la liquidez contemporánea con la que se diluye la intransigencia e invariabilidad propias de momentos históricos de antaño. Con ello, surgen iniciativas de revisión de los artefactos de cultura que perviven del pasado y es, precisamente en esta lógica deconstructiva, que se insiere el trabajo de Yapci Ramos en ‘Monumenta. Nueve encarnaciones guanches’. En él, la artista decide mirar hacia atrás para reencontrarse con las comunidades prehispánicas de las Islas Canarias. Es aquí cuando la artista se pregunta por la representación de las mujeres y otras identidades subalternas en los monumentos históricos del espacio público, dado que solo existen representaciones masculinas del pasado aborigen, basadas en unos ideales coloniales.
Si bien es cierto que existe poca documentación en relación a las comunidades aborígenes del territorio, es también verdad la absoluta invisibilización de lo poco que se conoce de la mujer indígena. Carentes de un lugar en el imaginario canario, sus funciones como sujetos activos en sus comunidades, cayeron en el olvido. Es por eso que Ramos se centra ahora en realizar un homenaje a esas figuras inmersas en la desmemoria: la alteridad está condenada a desconocer su pasado por que los que escriben la historia nunca son los ‘Otros’. En contra de esa lógica, Ramos ahora las devuelve a la vida y con ello, inmortaliza lo efímero: su propuesta toma un cariz material, haciendo visible lo invisible. Esta exposición se convierte así en una plataforma abierta al diálogo en la que todos nos cuestionamos las formas de representación en el espacio público de nuestro pasado.
En el proceso de creación, Yapci exploró los territorios de las antiguas demarcaciones de Tenerife, tradicionalmente representadas por un mencey, los antiguos reyes guanches. Así pues, confiere una identidad propia a estas nueve mujeres a través de atuendos y objetos inscritos en la contemporaneidad. Con ello, Ramos las encarna para traerlas a la vida y hace uso de tecnología 3D para eternizar lo etéreo que implica la performance, como una forma de hacer tangible un discurso lleno de reivindicaciones necesarias. Las figuras resultantes se convierten en receptáculos de preguntas trascendentales y un sinfín de posibles respuestas. Nos cuestionamos, ¿Cómo serían? ¿Qué sentires las atravesaban? ¿Qué historias de vida contarían? La laguna del tiempo y la falta de representación dejan esas respuestas a la imaginación. Y este proceso es liberador.
Con la reconstrucción del vacío, Ramos decide conectar con la visceralidad que particulariza su trabajo haciendo uso de la performance, creando un sonido propio para cada una de ellas como un grito que brota de sus entrañas y que nos desvela un alma liberada de miedos y pretextos . Su práctica artística consiste, generalmente, en establecer un canal, proporcionando una voz y un cuerpo de los cuales emanan sentimientos que son otros, a veces propios, a veces ajenos. Su obra se siente en la piel, dado que apela a las cuestiones más primarias – y no por ello menos importantes -, del ser. Nos devuelve la mirada e invita al espectador a preguntarse esas interrogaciones complicadas, sin tapujos, sin distancias.
