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La 42ª edición se dirige a un público cada vez más numeroso –no sólo coleccionistas y profesionales– a dejarse llevar en una visión cada vez más consciente de la relevante función del acto creativo en la vida cotidiana del ser humano. Este año habrá 185 galerías de 30 países, entre ellos Italia, con una notable presencia de galerías más jóvenes y otras ya institucionales, como Monitor, Gilda Lavia en tándem con UNA galleria, Continua, Prometeo gallery Ida Pisani, Giorgio Persano, Studio Trisorio, Enrico Astuni, y Laveronica Arte Contemporanea.

Además de las dos secciones Nunca igual. Arte latinoamericano (comisariada por Mariano Mayer y Manuela Moscoso) y Opening by Allianz (comisariada por Julia Morandeira y Yina Jiménez), la exposición central El Mediterráneo: Un mar redondo, comisariada por Marina Fokidis con el asesoramiento de Bouchra Khalili, Hila Peleg y Pedro G. Romero, y una selección de artistas mediterráneos.

El arte es también un medio útil para abordar cuestiones sociales, políticas y económicas: muchos de los artistas presentes en ARCOmadrid 2023 han confiado su pensamiento y su poética a un lenguaje en el que el uso del hilo, el bordado, la costura y la tela es decisivo, superando con creces la categoría de fibre art. Para María Abaddón (Lima 1988), presentada por la galería Ginsberg de Lima, modelar el cuerpo humano de sus «esculturas blandas» en fieltro y punto de ganchillo es un proceso natural; las esculturas proponen una especie de Piedad en diálogo con modelos anatómicos en los que las masas de vísceras se muestran en todo su poder evocador. Una invitación, la de la artista peruana, a sacar las propias emociones y compartirlas.

Un poco como en El Tendedero. Poema colectivo colgante de la artista y activista argentina Graciela Gutiérrez Marx (La Plata 1945 – 2022), cuya instalación fue recreada en el stand de w-galeria de Buenos Aires, documentando la acción que tuvo lugar en 1984 en La Plata. La invitación de Gutiérrez Marx a traer una prenda de un ser querido fallecido, junto con un pensamiento escrito en una tarjeta o en la propia prenda, había dado lugar a un poema colectivo en el que la pérdida del individuo se transformaba en el manifiesto de una memoria más amplia. Argentina acababa de salir de siete años de dictadura militar y la herida de las atrocidades sufridas por la población civil estaba muy fresca, con miles de desaparecidos, personas asesinadas u obligadas a abandonar el país.

Menos dramático es sin duda el contexto en el que se mueve Eftihis Patsourakis (Creta 1967), que para su instalación Skin (2010) – Rodeo, El Pireo/Londres – creó una gran alfombra de felpudos usados de fibra natural, que le donaron sus vecinos de Atenas, no cosidos sino simplemente unidos para crear una geometría perfecta de huellas olvidadas o perdidas: el «mantenimiento» de la memoria pasa definitivamente por la experiencia. Reapropiarse de los espacios urbanos como práctica de «estética de la resistencia» pertenece, por otro lado, a Marcelo Cidade (São Paulo 1976), que en Collapse Geometry (2015) -galería Bruno Múrias, Lisboa- propone una reinterpretación del espacio público/privado a través de la escultura de mantas, pegamento en spray 3M y cables de acero con extensores.

La obra de Moffat Takadiwa (Karoi, Zimbabue 1983) – Semiose, París -es realizada con objetos reciclados transformados en patrones (cepillos de dientes, tapones de botellas, teclas de ordenador, etc.): el artista se reapropia de la tradición artesanal africana para crear esculturas centradas en la identidad cultural y el medio ambiente. El tema de la identidad cultural también es central en la obra de Manal AlDowayan (Dhahran, Arabia Saudí 1973) June 24th 2016 Tapestry (2023), presentada por Sabrina Amrani. Simultáneamente, en el espacio de la galería en la calle Sallaberry 52, se está celebrando la exposición individual de la artista saudí Their Love Is Like All Lovers, Their Death Is Like All Deaths (hasta el 25 de marzo).

Volvemos al tema del cuerpo como unidad de medida en la relación entre lo individual y lo colectivo con la serie Conference of Body Parts (2016) de Eva Koťátková (Praga 1982) – Hunt Kastner, Praga – artista y cineasta que expuso recientemente en Documenta, Kassel. Sus «paños de armas» asociados a collages no están tan alejados conceptualmente de la gran telaraña de ganchillo de hilo negro – Hooked (2010-2022) – de Šejla Kamerić (Sarajevo 1976), en el stand de la galería Ester, Belgrado, entre las obras de Manifesta14 Prishtina: aquí, las políticas de la memoria se convierten en formas de resistencia. Carmen Calvo (Valencia, 1950) también crea «escenografías de la memoria», como en Mi madre (2004) -galería Luis Adelantado, Valencia-, donde interviene fotos antiguas con pintura, colocándolas sobre blondas de ganchillo.

Realizado con aguja de bordado, por su parte, el vestido negro de Maribel Domenech (Valencia 1951) – Galería Freijo, Madrid -expuesto también con motivo de la exposición individual Acciones cotidianas (1986-2020) en el Centre del Carme de Valencia en 2020- que desplaza el foco hacia temas relacionados con la violencia doméstica, lo no dicho y, en general, con la costura/el bordado también como forma terapéutica en la elaboración del trauma. La madre de la artista era costurera y ella aprendió a coser de niña: la escritura con hilo es, por tanto, una práctica constante en su obra.

De nuevo un vestido de mujer, esta vez centelleante de luz, en la obra de Teresa Margolles (Culiacán, Sinaloa, México 1963) titulada Blowback / The Power (2022) – galerie Peter Kilchmann, Zurich – que formaba parte de la exposición colectiva Uncombed, Unforeseen, Unconstrained de Parasol Unit Foundation for Contemporary Art, evento colateral de la Bienal de Venecia 2022. La paradoja reside en el glamuroso vestido (el diseñador es Alberto Scaal) que no es en absoluto inofensivo: de objeto de deseo, de hecho, puede convertirse en algo peligroso. En lugar de pedrería, en la manga derecha Margolles ha puesto trozos de cristales rotos que ella misma recogió tras un tiroteo en un intento de detener a un conocido «capo de la droga» mexicano. ¡El poder siempre tiene una doble cara!