Ayer, en la Fundació Antoni Tàpies de Barcelona se celebraron las actividades inaugurales del Año Tàpies, una manifestación anual para celebrar el centenario del nacimiento del artista catalán (Barcelona, 1923-2012). Sin embargo, la efeméride no quiere resolverse en una conmemoración. En palabras de la recién apuntada directora de la Fundació, Imma Prieto, se trata de una ocasión para recoger las enseñanzas del autor y «preguntarse cómo plantear el futuro a partir de ahí».
«A quien me pregunta si la obra de Tàpies ha envejecido bien o si se ha desdibujado, respondo que sí, aún tiene vigencia. Hace falta cierta distancia temporal para hacer emerger el pensamiento suspendido en las obras». Es cierto que el compromiso político de Tàpies era innegable. Si miramos a sus trabajos históricos con los ojos de la contemporaneidad, nos damos cuenta de como cada uno –aunque a veces de forma inconsciente– ya resumía cuestiones epocales que siguen apelándonos hoy en día.
Bajo el liderazgo de Prieto, es exactamente esto que pretende hacer la Fundació: recoger las apremiantes preguntas inscritas en la obra de Tàpies y apostar por «nuevas epistemologías. Fomentar nuevas gramáticas curatoriales», que permitan releer la obra de Tàpies hoy en día, y en diálogo con otras latitudes.
En este sentido, y con el objetivo paralelo de reforzar la identidad de la Fundació como organismo vivo y espacio social, la institución organizará una serie de actividades de investigación, educación y mediación que se celebrarán a lo largo de todo este año. Entre ellas, destacan sin duda algunas propuestas que pretenden convertirse en líneas estables dentro de la programación del centro.
Dirigido a los centros educativos de primaria (solo ciclo superior) y secundaria (tanto ESO como bachillerato), el Concurso de escritura crítica Teresa Barba propondrá releer a Tàpies en relación con problemáticas actuales. Contará con un jurado formado por Caterina Almirall, Roberta Bosco, Joan Burdeus, Frederic Montornés, Toni Ribas y Eva Vázquez, que reconocerá el pensamiento crítico derivado de la ref lexión escrita de las nuevas generaciones.
Dentro del Programa Público, se instituirá con la complicidad de la Universitat Pompeu Fabra, la Cátedra Antoni Tàpies. El proyecto tendrá el objetivo doble de garantizar el estudio y la investigación de la obra del artista por parte de las nuevas generaciones y de propiciar su internacionalización. La alianza se materializará con el anuncio del premio internacional de investigación postdoctoral, de carácter bianual, “La hermenéutica del gesto: Tàpies y el presente” y con el impulso de estudios de investigación predoctoral (con investigadorxs de todo el mundo) y la organización de seminarios y actividades de reflexión y debate.
Asimismo, en el marco del Centenario, la nueva etapa de la Fundació impulsará la creación del Instituto de Derivas Creativas, un grupo de investigadores estable formado por Xavier Bassas, Manuel Borja-Villel, Isabel Naverán, Daniel García Andújar, Imma Prieto, Andrea Soto y Mabel Tapia, y coordinado desde la Fundació por parte de Judith Barnés. El grupo funcionará de forma abierta y orgánica y tomará como punto de partida el pensamiento de Tàpies para fomentar nuevas lecturas. El contenido de las sesiones –cuatro cada año– se grabará para dar origen a vídeos inéditos.
Las celebraciones del Centenario empezaron ayer en la Fundació Antoni Tàpies de Barcelona con dos exposiciones de carácter muy distinto, pero en línea con la misma voluntad de actualizar y traer al presente la obra del autor. Por un lado Tàpies. La huella japonesa, que se centra en el interés del artista por la obra de algunos monjes japoneses de los siglos xviii y xix que transmitieron las enseñanzas del budismo zen. Bajo el comisariado de Nuria Homs, Conservadora de la colección de la Fundació, la exposición podrá verse hasta el 23 de junio de 2024. Por otro lado, A = A, B = B, muestra colectiva que cuenta con obras de John Baldessari (National City, 1931 – Venice, 2020), Daniel Bejar (Vancouver, 1972), Jorge Carrión (Tarragona, 1976), Agathe Casals, Lúa Coderch (Iquitos, 1982), Mariona Moncunill (Tarragona, 1984), Irene Solà (Malla, 1990), Antoni Tàpies (Barcelona, 1923-2012), Irene Visa (Banyoles, 1985), Ian Waelder (Madrid, 1993), y el comisariado de Pep Vidal. La exposición toma como punto de partida La nueva visión del mundo (1954), libro muy querido para Tàpies y que recoge una serie de charlas que tuvieron lugar en Sankt Gallen (Suiza), realizadas en la década de 1950 por expertxs de los campos de la ciencia y de la filosofía. Con un dispositivo curatorial sencillo y en formato de apuntes, la propuesta apuesta por una ampliación temporal de aquellas charlas hasta llegar el actualidad. Podrá verse hasta el 3 de marzo de 2024, y presentará distintas activaciones en clave científica de las obras.
La inauguración del Centenario, que se celebró entre el entusiasmo y una gran afluencia de público, dio la impresión que solo podemos esperar cosas positivas de esta nueva etapa. Seguiremos observando con curiosidad y compromiso los próximos pasos de la institución.
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