El galerista Todd Kramer ha denunciado el robo de 15 NFTs, incluidos algunos de la celebrada serie Bored Ape Yacht Club, por un valor total de más de 2 millones de dólares.
¡Los monos se han escapado! Pero no del zoológico, sino de un espacio sin rejas que, hasta ahora, se consideraba seguro. «Fui hackeado. Todos mis monos se han ido”, escribió en Twitter Todd Kramer, proprietario de la Galería Ross + Kramer de Nueva York. Una estafa de phishing había agotado su cartera virtual: 15 NFTs (por un valor total de$ 2.2 millones) se habían volatilizados. Entre las “propiedades” robadas, también cuatro monos de la codiciada serie Bored Ape Yacht Club.
Uno de los aspectos más innovadores de las criptomonedas y de los NFTs es la descentralización del mecanismo blockchain, que permite un control capilar de las diversas transacciones; simplificándose, estas «se controlan a si mismas» –incluso en ausencia de una autoridad central que emita la moneda. Sin embargo, al comentar el Tweet de Kramer, un usuario señaló que, en este caso, una autoridad reguladora podría haber intervenido para asegurar la inversión contra robos y fraudes. En los últimos años los bancos no han estado especialmente atentos a la seguridad de sus inversores pero la historia es siempre la misma: tanto en el mundo real como en el universo virtual, ¿Quis custodiet ipsos custodes? (escribía Juvenal en las «Sátiras»).
Al final intervino una especie de autoridad: gracias a la ayuda de la plataforma de mercado OpenSea, Kramer, apenas cinco horas después de denunciar el robo, pudo recuperar muchos de sus NFTs y todos los monos fueron inmediatamente “congelados» – bloquear una tarjeta de crédito, puede llevar más tiempo.
Aún así, la participación de OpenSea ha generado muchas controversias: si la plataforma pudo bloquear la venta de los NFTs, ¿significa que no están realmente descentralizados? Es posible que OpenSea haya simplemente bloqueado la capacidad de interactuar con los NFTs en su propia web. En otros lugares, en otras plataformas, aún pueden comprarse y venderse.
En cualquier caso, el phishing es una de las estafas más antiguas de Internet y su funcionamiento es sencillo y eficaz: se materializa principalmente a través de mensajes de correo electrónico engañosos, que invitan a los usuarios desprevenidos a introducir sus datos sensibles. Además, no es la primera vez que se utiliza en el mundo del arte. En noviembre de 2020, por ejemplo, artistas y comisarios de todo el mundo recibieron una invitación por correo electrónico para participar en Documenta15, aunque la manifestación tendrá lugar a partir del 18 de junio de 2022 en Kassel.
Desafortunadamente, el mundo de los NFTs y del criptoarte no es inmune al crimen. Junto con la creciente popularidad de estos activos digitales, cuya originalidad y autoría aparentemente están garantizadas por la tecnología blockchain, también han aumentado las denuncias por robo. Una vez más, algo tan antiguo como el mundo: obras plagiadas, acuñadas cómo NFTs y vendidas a compradores desprevenidos.
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