El pasado 7 de enero, el ministro español de Cultura, Ernest Urtasun, anunció la adquisición de la Casa Gomis por parte del Ministerio, asegurando su transformación en un centro cultural. Este hecho marca un hito en la conservación patrimonial y refuerza la misión de preservar tanto la arquitectura racionalista como el entorno natural del delta del Llobregat. La Casa Gomis, construida entre 1957 y 1963 por el arquitecto Antonio Bonet Castellana, es un icono de la vanguardia arquitectónica catalana y un espacio que había permanecido en el olvido durante décadas.
La apertura de la Casa Gomis al público como parte de Manifesta 15 Barcelona Metropolitana fue clave para resaltar su valor. Durante la bienal, el edificio formó parte del clúster temático «Equilibrando conflictos», que abordó tensiones contemporáneas como el desarrollo urbano frente a la sostenibilidad. Jordi Martí, secretario de Estado del Ministerio de Cultura y artífice de la compra por un valor de 7,2 millones de euros, destacó: «La Casa Gomis es un edificio importantísimo pero muy poco conocido. Manifesta 15 permitió abrirlo al público y hacer evidente la importancia del edificio. Ahora debemos convertir en permanente lo que Manifesta inició: un espacio para pensar las relaciones entre arte y naturaleza en momentos de emergencia climática».
La adquisición de la Casa Gomis también se enmarca en un momento crucial para Cataluña, mientras se debate el proyecto de ampliación del aeropuerto El Prat. La ubicación de la casa, próxima al aeropuerto, refleja de manera tangible las tensiones entre crecimiento y preservación ecológica, un tema central en los ejes temáticos de la bienal.
Hedwig Fijen, directora de Manifesta 15, celebró la compra como un ejemplo del potencial transformador de la bienal: «La compra por parte del Ministerio de Cultura de Casa Gomis, solo seis semanas después del fin de la bienal, es un hito remarcable. Con esta acción, se mantiene tanto el patrimonio nacional como el rico entorno natural que rodea a la casa». La inclusión de la Casa Gomis en Manifesta 15 sirvió para visibilizar su peligro de demolición debido a la expansión del aeropuerto y subrayar la necesidad de proteger el medio natural frente a la invasión industrial.
Sin embargo, la decisión del Gobierno central también abre nuevos interrogantes. ¿Cómo se articulará su uso como centro cultural? ¿Qué impacto real tendrá en la comunidad artística y el tejido cultural del área metropolitana de Barcelona? Si bien las posibilidades museográficas y el potencial para el debate sobre naturaleza, paisaje y ecología son evidentes, las implicaciones logísticas y presupuestarias siguen siendo motivo de discusión.
El legado de Manifesta 15, organizado en torno a clusters temáticos como «Cuidar y cuidarnos» e «Imaginando futuros», trasciende el evento en sí. La bienal no solo reactivó espacios de interés arquitectónico, sino que abrió un espacio crítico sobre las necesidades culturales y medioambientales de la región. Como bien señaló Filipa Oliveira, encargada de mediación de Manifesta 15, en una entrevista con exibart, «una bienal no puede resolver problemas estructurales tan profundos, pero puede ser una incubadora de cambio, señalando las heridas y abriendo espacios de debate».
La compra de la Casa Gomis representa un paso importante hacia la protección del patrimonio arquitectónico y natural de Cataluña, a la vez que plantea desafíos y oportunidades para su futuro como espacio cultural.
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