El Museo Reina Sofía ha finalizado, tras varios años de investigación y trabajo, y gracias a la colaboración de Fundación Mapfre, el complejo proceso de restauración de Sylvie, una obra emblemática de Öyvind Fahlström (São Paulo, 1928 – Estocolmo, 1976). Se trata de un conjunto formado por dos planchas de madera y metal forradas con papel y tela pintadas con témpera, vinilo y diferentes elementos imantados, algunos de los cuales habían desaparecido.
En el caso de Sylvie le faltaban 9 piezas -entre ella la principal de la obra- que han sido nuevamente elaboradas por el departamento de Restauración del Museo. Aunque se disponía de escasa información y de documentación poco precisa, la estrecha colaboración de la Öyvind Fahlström Foundation en la figura de su directora, Sharon Avery-Fahlström (viuda y ayudante en los últimos años de vida del artista) conocedora de su sentir y su hacer, ha sido determinante para afrontar con éxito el auténtico reto técnico que ha supuesto la restauración de esta obra. Fue ella quien localizó una diapositiva en color que ha servido de base a todo el proyecto. A partir de ella se digitalizaron imágenes de la obra para poder ampliar a tamaño real los elementos a reproducir.
Entre los 9 elementos que faltaban se encontraba la figura de Sylvie que da nombre a la obra y que es un dibujo de la cantante francesa Sylvie Vartan. El rostro de Sylvie era lo más complejo ya que a pesar de haber escaneado la diapositiva y de todos los tratamientos realizados, no se lograba la imagen adecuada. Por ello, la viuda de Fahlström proporcionó la portada de un “single” de la época con la cara de Sylvie de donde el artista extrajo la imagen original y entre la fotografía y la portada se llevó a cabo el dibujo de la reproducción.
Otro de los elementos de los que se carecía era una tira de cuentas que salía de la boca de otro personaje de la obra. Tampoco se conocía inicialmente el color, pues solo se disponía de una foto en blanco y negro de una exposición. Sharon Avery-Fahlström tenía muestras de los colores que se empleaban con lo cual se copió el azul de las muestras y luego se colocó en la cabeza. También se localizaron los enganches -similares a los utilizados por el artista- y se perfilaron todos los trazos que debía llevar.
Otra pieza importante sobre la que se ha basado esta restauración es una obra formada por 10 fotocopias de los dos paneles y donde las piezas móviles se encuentran en el lado derecho de la fotocopia y posteriormente el artista dibujó a lápiz, témpera y tinta simulando las diez distribuciones propuestas por él. Diez formas en las cuales se pueden colocar las piezas móviles validadas conceptualmente por Fahlström y que son las formas en la que se puede exponer la obra.
Fahlström era un artista al que a menudo se le ha definido como precursor del arte pop europeo. Aunque en muchos de sus trabajos ha recurrido a una imaginería propia del pop y ha prestado atención a las posibilidades creativas de los nuevos medios de comunicación de masas y la cultura underground, su obra se caracteriza por presentar un elevado grado de complejidad conceptual y por estar articulada a partir de sus más profundas convicciones morales y políticas. La Colección del Reina Sofía cuenta con varias obras suyas como Marcha de Mao-Hope (1966), Curva de la vida n.º I, Ian Fleming (1967) o Me siento como si hubiera inventado la guerra (1976) entre otras.
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